Cuando estamos enamorados, el cerebro se llena de sustancias que nos hacen sentir felices. Por ello, para que dure, lo mejor es cuidar nuestra autoestima y nuestra autonomía
Amar a alguien no se puede comparar con nada. Es una emoción única. Lo sentimos en todo el cuerpo. En los labios, las manos, el estómago, se disemina por la piel y parece apoderarse de cada rincón.
Por eso, hay tanta mitología y poesía alrededor de ella. Cuando estamos enamorados, decimos que pensamos con el corazón o que tenemos mariposas en la tripa.
Sin embargo, al final todo se resumen en pura química. No obstante, la segregación de sustancias es tan singular que podemos compararla con la que se produce en los trastornos obsesivo-compulsivos.
Si lo piensas, quizá no te sorprenda tanto, ¿acaso no has sentido alguna vez que no puedes vivir sin él o sin ella? ¿No nos cuesta imaginarnos sin la presencia del ser amado en nuestra vida?
Todas estas afirmaciones se dan también en personas que tienen dicho problema, así como en adictos a sustancias.
De hecho, es probable que seamos dependientes del amor o de las hormonas liberadas cuando vemos a esa persona.
¿Quieres saber cuáles son y cuáles son sus efectos? No temas, aun sabiéndolo, esa pasión no perderá la magia.
Qué nos ocurre cuando estamos enamorados
Nos hacen sentir vivos
Es una expresión muy típica de los primeros momentos del enamoramiento. Si además venimos de una época monótona o complicada, llegamos a decir “me ha despertado”.
Como si, antes de que la otra persona estuviera, hubieras estado inmersa en un letargo casi inútil. Esa energía procede de nuestro cerebro.
Saber que la persona amada existe genera dopamina y serotonina. El efecto inmediato es una dosis extra de fuerza que te da el coraje para hacer cosas que antes no te atrevías.
No obstante, el cuerpo se acostumbra a todo y también a tener ese nivel de hormonas en el cerebro. Esto nos puede llevar a dejar a nuestra pareja porque pensamos que ya no estamos enamorados.
Sin embargo, a veces nos damos cuenta de que nos hemos equivocado cuando notamos su falta. Por ello, recomendamos afrontar esas situaciones con calma y con diálogo, antes de hacer algo irreparable.
En este sentido, seguro que has conocido, o incluso te pasa ti mismo, gente que nunca ha tenido relaciones largas.
Esto sucede porque hay quien está enganchada a esta inyección de energía inicial. Así pues, en cuanto su organismo se habitúa, decide romper y buscar otra compañía que le suscite la misma excitación.
Nos sentimos conectados gracias a la oxitocina
Nos sentamos a hablar con nuestra pareja y, de repente, nos sorprendemos contándole aquello que nunca le habíamos dicho a nadie.
No sabes por qué, pero la la conexión es tal que no puedes evitar pensar “estoy en casa”. Según algunos estudios, la oxitocina es la responsable de que esto suceda.
Gracias a ella, nos sentimos a gusto, confiados, libres de peligro.
Ahora bien, la aparición de la misma puede estar causada por hechos reales o por imaginaciones nuestras.
Deseamos con mucha intensidad que el otro sea la persona definitiva, así que es habitual que nuestras expectativas no obedezcan a razones reales.
Es aquí cuando afirmamos “no era lo que pensaba”, pero ¿cómo evitarlo? Escucha a tu pareja y no a esa voz interior que te dice lo que quieres oír.
Sin embargo, no todo lo que nos pasa cuando estamos enamorados es bueno. La oxitocina también está vinculada a los celos.
Cuando nuestro cerebro detecta señales de que podemos perder aquello que amamos, los niveles de esta sustancia bajan y aumentan los de cortisol, la hormona del estrés.
Es aquí cuando nos domina el pánico por que se aleje de nosotros y el enfado frente a lo que estimamos es una traición. Para solucionarlo, de nuevo lo más recomendable es prestar atención a los hechos y no al miedo.
El análisis ponderado equilibra nuestro sistema nervioso, el terror lo desajusta. Entonces, ¿a qué vas a hacerle caso?
Sí, tienen razón quienes dicen que el amor es una droga. Pero una natural, sin más efectos secundarios que la felicidad, siempre y cuando escuches informaciones que vengan de otros canales.
Para que la oxitocina, la dopamina o la serotonina nos ayuden a mejorar y no a empeorar, es necesario tener una buena autoestima y concebirse como un ser autónomo y no solo como alguien vinculado a otro.
Estas dos cuestiones serán el antídoto a los inconvenientes del amor, por lo que solo obtendrás de tu relación bienestar y apoyo.
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