El pH del cuerpo es algo muy importante para la salud. Se ha comprobado médicamente que una persona en perfecto estado de salud tiene el pH de la sangre entre 7,35 y 7,45. Como el cuerpo tenderá a este equilibrio a pesar de que lo carguemos con alimentos chatarras que se acidifican en el proceso de metabolización, éste echará mano al calcio en nuestro cuerpo, mineral capaz para neutralizar el impacto de la acidez en las células provocando anemia, osteoporosis, caries y otras tantas enfermedades asociadas a la disminución de calcio.
El ganador del Premio Nobel Dr. Otto Warburg descubrió que las células cancerosas sólo crecen en un estado de bajo consumo de oxígeno. Cuando las células y tejidos del organismo son ácidas (pH < 6,5 / 7,0), pierden su capacidad para el intercambio de oxígeno y las células cancerosas son capaces de prosperar.
Por otro lado, cuando las células de su cuerpo y los tejidos son alcalinos (pH > 7,0) las células cancerosas tienen dificultades para sobrevivir debido a la alta cantidad de oxígeno presente. Un tejido alcalino tiene 20 veces más oxígeno que los tejidos ácidos.
Hay dos causas principales para que el cuerpo se vuelva ácido: el estrés (emociones negativas) y la mala alimentación.
Eliminación del estrés y la tensión interna
El cuerpo se convierte ácido debido principalmente a la adrenalina empobrecida. Los niveles de adrenalina empobrecida son causados principalmente por la tensión interna prolongada, como resultado de una fuerte carga emocional y reacción mental negativa , causada por acontecimientos estresantes.
La ira, el odio, el resentimiento y el dolor crean un agotamiento de las reservas de adrenalina, y necesitan expresarse y ser liberados de forma permanente, para evitar que el cuerpo se libere de la carga y vuelva a su estado básico.
Debe utilizarse alguna técnica psicológica de liberación emocional, para permitir la liberación de sentimientos profundamente reprimidos de ira, odio, resentimiento y dolor. Además de practicar alguna técnica de relajación que ayude a controlar los niveles de estrés.
Dieta alcalinizante
Se trata de comer alimentos alcalinizantes y eliminar o moderar al máximo los acidificantes. Por ejemplo la Coca-Cola tiene un pH 2, la cerveza entre 2,5 y 4,2 y el café 4,0.
Alimentos y Bebidas Alcalinizantes (80% de la dieta)
Verduras: alfalfa, hierba de cebada, remolacha, hojas de remolacha, brócoli, zanahoria, repollo o col, coliflor, apio, acelga, chlorella, pepino, dientes de león, berenjena, vegetales fermentados, ajo, guisantes, col rizada, lechuga, hongos, hojas de mostaza, cebolla, chirivía, pimientos, calabaza, nabo, rábano, espinaca, alga spirulina, semillas germinadas, batatas, tomates, berro, trigo.
Frutas: manzana, albaricoque, aguacate, plátano, bayas, moras, melón, cerezas, coco, pasas, dátiles, higos, uvas, pomelo, melón dulce, limón, lima, melones, nectarina, naranja, durazno o melocotón, pera, piña, frambuesas, ruibarbo, frutillas o fresas, mandarina, tomate, frutas tropicales, sandía.
Otros: almendras, castañas, mijo, tempeh, tofu, suero de leche, canela, curry, jengibre, mostaza, chile, sal marina, Miso, Tamari, vinagre de manzana, polen de abeja, lecitina, melaza, probióticos, lácteos agrios, jugo de verduras, jugo de frutas, agua mineral.
Alimentos y Bebidas Neutros (20% de la dieta)
Mantequilla, queso, miel, huevos, patatas, aceites, frijoles, leche de soja, maíz, lentejas, aceitunas, moras, arándanos, ciruelas, ciruelas pasas, cebada amaranto, salvado de trigo, salvado de avena, maicena, harina de semillas de cáñamo, kamut, avena, harina de avena, quinua, todo el arroz, pasteles de arroz, centeno, espelta, trigo, germen de trigo, fideos, macarrones, espaguetis, harina de trigo, garbanzos, judías, lentejas, alubias, soya o soja, leche de soja, judías blancas, leche de arroz, leche de almendras.
Alimentos y Bebidas Acidificantes (eliminar)
Nata, helados de leche, anacardos, cacahuetes, mantequilla de cacahuete, tahini, nueces, tocino, carnes, pescados, cordero, langosta, mejillones, ostras, cerdo, conejo, salmón, sardinas, chorizo, vieiras, camarones, mariscos, atún, pavo, carne de venado, azúcar, edulcorantes artificiales, azúcar morena, harina blanca, panes, frutas en conserva, bollería, cereales refinados, chocolate, natillas, mermeladas, pasta blanca, encurtidos, mariscos, sal de mesa, yogurt, jarabe de maíz, alcohol, cacao, café, vinagre, mostaza, pimienta, refrescos o gaseosas, aspirina, productos químicos, drogas, tabaco.