viernes, 14 de diciembre de 2018

Alimentos ricos en antioxidantes para agregar a tu dieta


Además de la base de una dieta equilibrada, incluir alimentos ricos en antioxidantes en nuestra vida diaria nos ayudará a tener más salud y más energía. A continuación te contamos cuales son.

Una dieta balanceada que nos aporte las energías y vitaminas es vital para reponerse del desgaste que sufre el organismo a diario. Los alimentos ricos en antioxidantes son de gran ayuda cuando el objetivo es mantenernos activos.
Los antioxidantes son moléculas que se encargan de evitar la oxidación de otras moléculas, en especial a los radicales libres. Gracias a ello, poseen la propiedad de retrasar el desgaste y deterioro de la piel, así como de otros órganos y tejidos.
Así, los radicales libres formados en nuestro organismo oxidan nuestras células, siendo responsables de la aparición de enfermedades, del envejecimiento o del cáncer. De ahí que el consumo de alimentos ricos en antioxidantes sea clave para gozar de una buena salud.
Por eso, se dice que los antioxidantes contribuyen a prevenir el envejecimiento prematuro. Así pues, el cuerpo está en mejores condiciones de recuperarse cuando se los consume frecuentemente.

Importancia de consumir alimentos ricos en antioxidantes

Alimentos ricos en antioxidantes
Existen alrededor de 8 mil tipos de antioxidantes, aunque no todos actúan de la misma manera en el cuerpo. Algunos combaten directamente los radicales libres. Otro grupo actúa en partes específicas de una célula. Un tercer grupo solo responde ante determinadas condiciones.
He aquí la importancia de proporcionarle al cuerpo una cantidad significativa de antioxidantes al día. Mientras mayor sea la cantidad de antioxidantes que consumamos, mayor cantidad de funciones realizarán estos en beneficio de nuestro organismo.
A continuación, enumeramos algunos de los mejores alimentos ricos en antioxidantes:

1. Bayas

Las frambuesas, azaí, arándanos y fresas son bayas. Y, por tanto, fuentes ricas en antioxidantes. Los arándanos, frambuesas y moras, en particular, contienen un antioxidante llamado proantocianidinas. Este es tan solo uno de los antioxidantes que, según algunos estudios, contribuyen a prevenir enfermedades crónicas del corazón.

2. Brócoli

Brócoli.
Su alto contenido en vitamina C y calcio lo convierte en un alimento altamente antioxidante.
Este vegetal altamente nutritivo contiene más vitamina C que una naranja y tiene más calcio que un vaso de leche. Además, es rico en vitaminas y minerales que le reportan grandes beneficios al cuerpo.
El brócoli contiene fitonutrientes, que son unas sustancias que ayudan a prevenir y a combatir numerosas enfermedades. El sulforafano, un fitonutriente encontrado en el brócoli, está relacionado con la reducción de diferentes tipos de células cancerígenas.

3. Frutos secos

Además de ser alimentos ricos en antioxidantes, los frutos secos contienen ácidos grasos esenciales. Estos últimos contribuyen a controlar el estrés oxidativo celular. Como si fuera poco, protegen al organismo de enfermedades cardiovasculares y el deterioro cognitivo.

4. Té verde

Se caracteriza por tener altas concentraciones de polifenoles. Estos son compuestos que, unidos a otras sustancias químicas, aumentan los niveles de oxidación de la grasa y la termogénesis.
El consumo regular de té verde ayuda a bajar de peso. Por otro lado, contribuye a reducir los niveles elevados de colesterol, así como a prevenir el cáncer y las enfermedades cardíacas.

5. Tomate

Fuente por excelencia del antioxidante conocido como licopeno. El licopeno podría combatir diferentes enfermedades de forma más efectiva  que la vitamina E y el beta-caroteno.
Para que pueda ser absorbido por el organismo, es necesario acompañarlo con una grasa saludable. Por eso, se lo recomienda acompañar con aceite de oliva. Esa es la forma más efectiva de poder beneficiarnos de todas sus propiedades.

6. Ajo

Diente de ajo.
El ajo es un alimento muy rico en compuestos antioxidantes.
Aunque es conocido sobre todo por su amplísima aplicación en la cocina, el ajo es un alimento altamente medicinal y rico en antioxidantes. Un diente de ajo contiene vitaminas A, B y C, selenio, yodo, potasio, hierro, calcio, cinc y magnesio.
Además, está considerado como un antibiótico natural capaz de eliminar algunas cepas de bacterias dañinas.
El consumo de ajo crudo podría ayudar a prevenir el cáncer y a eliminar los metales pesados del cuerpo. También contribuye a disminuir la presión sanguínea y el colesterol.

7. Zanahoria

La zanahoria es un vegetal que contiene no solo betacaroteno, sino otros importantes antioxidantes que ayudan al cuerpo a producir vitamina A.
La vitamina A es buena para la salud visual, además de ser clave en la prevención del cáncer. Debido a todo ello, la zanahoria es uno de los alimentos ricos en antioxidantes más recomendados.

8. Uvas

Las uvas, como el vino que se elabora a partir de ellas mismas, son ricos en polifenoles y flavonoides. Gracias a ellos, ayudan a controlar el colesterol, reducen la presión arterial y protegen, por extensión, el corazón.
Conviene recordar, no obstante, que para beneficiarse de sus propiedades, el vino ha de consumirse siempre con moderación.

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jueves, 13 de diciembre de 2018

Cuento: Pide un deseo


Cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, mi madre nos decía, con frecuencia, a cada uno de nosotros «pide un deseo». Si pasábamos por debajo de un puente por el cual estaba cruzando un tren, nos indicaba que cerrásemos con fuerza los ojos y pidiésemos un deseo. Tres ─y muy concentrados─ en el momento de soplar las velitas cada cumpleaños. Uno si veíamos una estrella fugaz; varios si encontrábamos un panadero o un diente de león para soplar y hacer volar nuestros deseos por el aire.
Cuando ella cumplía años me gustaba observarla frente a las velitas; cerraba sus ojos, nos solicitaba que estuviésemos muy cerca de ella y, luego de un rato de mucha concentración, soplaba las velas y sonreía como convencida de que aquellos deseos que había pedido se convertirían en realidad.
Yo le hacía caso y no perdía ocasión de pedir mis deseos y, en la inocencia de mi niñez, creía que todos se cumplirían. Sin embargo, no todos se hacían realidad. Recuerdo cuando pedí que mi muñeca pudiese conversar conmigo y que aprendiese a escribir para que nos pudiésemos enviar cartas, eso jamás ocurrió. Yo no me desilusioné, pensaba que tal vez a mi muñeca le costaba aprender a hablar y a escribir, tal como a mí me costaba atarme los cordones solita, y esperé con paciencia que ese deseo se cumpliera.
Siempre me pregunté por qué para mi madre era tan importante que pidiésemos deseos y de niña no encontré la respuesta, me divertía y pensaba que, si ella nos lo pedía, una buena razón habría. Yo lo hacía y ya. No sabía tampoco si se cumplían sus deseos o no, pero no me atrevía a preguntarle porque ─aun siendo pequeña─ yo sentía que los deseos eran algo íntimo, propio y se debían guardar para uno.
El tiempo pasó, y, siendo ya una jovencita con muchos deseos pedidos debajo de un puente por el cual pasaba un tren, soplando velitas o mirando caer una estrella fugaz, me daba cuenta de que no bastaba con cerrar bien los ojos o soplar muy fuerte.
¿Qué había que hacer entonces para que los deseos se cumplieran? ¿Habría aprendido mal a pedirlos y por eso muchas veces no tenía suerte?
Entonces, un día decidí que era tiempo de averiguarlo y, a pesar de que seguía pensando que los deseos eran algo muy íntimo, le pregunté a mi madre cuál era su secreto para que todos sus deseos se cumplieran.
Para mi sorpresa, me replicó:
─¿Quién te ha dicho que todos mis deseos se han cumplido? ─Sonrío y me acarició el rostro.
Le expliqué que desde niña había visto la sonrisa en su rostro al pedir sus deseos, su insistencia y su entusiasmo. Que siempre me había parecido que, si tanto nos pedía que lo hiciéramos, era porque sabía que tendríamos la suerte de ver nuestros deseos realizados.
Mi madre me miraba y seguía sonriendo. Desorientada, pregunté:
─¿Se cumplieron o no?
─No todos ─respondió.
─¿La mayoría? ─volví a preguntar.
─No lo sé ─contestó.
Su respuesta me desconcertó. ¿Cómo no saber? ¿Cómo no recordar si un deseo se había hecho realidad? ¿Por qué tanta insistencia si muchos no se cumplían, si incluso alguno ni siquiera lo recordábamos?
Entonces mi madre me dijo algo que jamás olvidé.
─El simple hecho de pedir un deseo es en sí mismo un acto mágico. Ese instante mientras soplamos una vela, observamos una estrella fugaz o vemos volar nuestros deseos en una flor de diente de león es maravilloso. Lo más bello de pedir un deseo es la ilusión que sentimos al hacerlo porque no sabemos si se cumplirá o no, pero lo pedimos con fe, convencidos de que se hará realidad, y eso ya nos hace felices.
Yo la miraba intentando entender.
─¿Sabes qué? ─prosiguió─. La felicidad se mide en momentos, en su mayoría pequeños y simples, tan simples y tan pequeños como soplar velitas de cumpleaños ¿Sabes otra cosa? ─preguntó tomándome la mano─. Desear, soñar, ilusionarnos enriquecen nuestra vida, la hacen más bella y le dan otro sentido. ¿Qué sería de una existencia sin deseos? Nadie sabe qué sucederá mañana. ¿Cómo saber si nuestros deseos serán algún día realidad? Lo más importante no es que los deseos se cumplan siempre, lo más importante es el mágico e inmenso hecho de soñar y de desear.
Jamás olvidé esas palabras, fue una de las enseñanzas más bellas que me dejó mi madre, por eso, nunca pierdo ocasión de pedir un deseo.
Sea una estrella fugaz, un diente de león o un tren pasando por un puente, aprovecho ese momento único, simple y pequeño para ilusionarme, y la sola ilusión ─sin certeza alguna─ me acerca a la felicidad, y sé que así, de ese modo, seguramente estaré cumpliendo un deseo de madre.

Una historia fruto de la imaginación de la escritora argentina Liana Castello.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

¿Cómo preparar una crema de champiñones?

Los champiñones son un producto que da mucho juego en la cocina. Te mostramos cómo preparar una crema de champiñones con una receta sencilla y deliciosa.

Los champiñones son un producto que da mucho juego en la cocina. Su sabor suave y su particular textura los convierten en los protagonistas de una gran cantidad de platos deliciosos. En el mundo de las setas, son los reyes. Por ello, te mostramos cómo preparar una exquisita crema de champiñones con unos sencillos pasos. ¡Te aseguramos que el resultado será todo un éxito!

Receta de crema de champiñones

Para preparar esta receta de crema de champiñones para cuatro comensales, necesitaremos los siguientes ingredientes:
  • 1 limón (50 g).
  • 1 cebolla (60 g).
  • 1 rama de perejil (1 g).
  • Sal y pimienta negra.
  • 4 tazas de leche entera (1 litro).
  • 1 taza de requesón (100 mL).
  • 2 cucharadas de mantequilla (20 g).
  • 2 cucharadas de aceite de oliva (20 mL).
  • 4 tazas gramos de champiñones (400 g).
Requesón

Limpieza de los champiñones

En primer lugar y antes de empezar a cocinar, debemos limpiar adecuadamente los champiñones para obtener de ellos el mejor sabor posible. Para ello, comenzamos por cortar el tronco, ya que es la zona que tendrá más cantidad de tierra acumulada.
Después, los meteremos en un bol con agua hasta que estén totalmente cubiertos, pero sin dejarlos a remojo demasiado tiempo. Una vez humedecidos, los secamos con cuidado empleando un paño de cocina limpio. Realizaremos movimientos circulares suaves para retirar los restos de tierra.
Para una mayor precisión al retirar la tierra sobre la superficie de los champiñones, emplearemos un cepillo de dientes limpio para frotarlos por todas partes. Humedeceremos previamente el cepillo con agua y frotaremos con suavidad.
El inconveniente de este último método es que debemos limpiar los champiñones uno a uno, lo que resultará algo tedioso. Una vez limpios, los ponemos en un colador y los pasamos por el grifo de agua, sin mucha intensidad, durante unos segundos. Mientras tanto, será importante agitar con energía el colador para que el agua llegue a todas partes.
Para terminar con la limpieza de los champiñones, los volvemos a frotar, esta vez con las manos. Así conseguiremos retirar los últimos restos de suciedad de su superficie. Una vez listos, los cortamos para comenzar con la receta de la crema.

Preparación de los champiñones

Para comenzar con esta receta, ponemos a calentar en una olla el aceite de oliva y una de las cucharadas de mantequilla a fuego medio-alto. Una vez derretida la mantequilla y mezclada correctamente con el aceite, añadimos la cebolla, previamente cortada en dados pequeños.
Champiñones.
Removiendo de manera ocasional, dejamos que la cebolla se dore durante un tiempo de entre 5 a 8 minutos. Cuando la verdura haya llegado a su punto adecuado, añadimos otra cucharada de mantequilla y dejamos que se derrita también.
Tras esta segunda cucharada, echamos los champiñones, que podemos haber cortado en dados o en láminas. Los dejaremos dorar durante unos 6 minutos, también revolviendo de manera ocasional. Una vez que hayan alcanzado su punto y se hayan ablandado lo suficiente, añadimos unos toques de sal y de pimienta negra al gusto.
Para terminar con esta parte de la receta, añadimos el perejil bien migado y la leche. Sin parar de revolver, seguimos calentando la mezcla hasta que comience a hervir. En ese momento, bajamos el fuego al mínimo, tapamos la olla y lo dejamos que se siga calentadno durante unos 20 minutos.

Preparación del requesón

Mientras la mezcla de champiñones y leche se va cocinando, vamos a preparar el requesón. En un bol aparte, mezclamos este requesón con sal, pimienta negra, unas ralladuras de la piel del limón y un trozo de la rama de perejil sin picar.
Removeremos esta mezcla para que todos los ingredientes se integren bien e iremos probando el conjunto para asegurarnos de que está bien de sal. Una vez lista, retiraremos el perejil y verteremos la mezcla en un vaso de batidora. Aparte, reservamos unas cucharadas de este requesón para el final del plato.

Finalización de la crema

En el mismo vaso de batidora, agregamos todo el conjunto que teníamos en la olla, cuando haya terminado su tiempo de cocción. Trituraremos la mezcla hasta conseguir una textura homogénea y sin grumos, a la que podremos seguir añadiendo sal y pimienta hasta adecuarla a nuestro gusto.
Para terminar, podemos servir la crema de champiñones bien caliente y decorar su superficie con una cucharada de requesón en el centro, rodeada de unas láminas de champiñón y un toque de perejil. ¡Buen provecho!

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martes, 11 de diciembre de 2018

Los alimentos que cuidan nuestro estómago



La canela y el hinojo nos ayudan a acabar con los gases. La avena, la manzana y el aguacate son ricos en fibra.

Ciertos alimentos contribuyen a aliviar diversos trastornos gastrointestinales, como las diarreas o los gases. En esta ocasión te mostramos algunos de los que pueden cuidar nuestro estómago gracias a sus propiedades.

Alimentos beneficiosos para el estómago

La papaya

Esta fruta puede ayudarnos a combatir la gastritis y las úlceras estomacales. Es muy fácil de digerir y puede calmar los dolores y ardores provocados por algunos alimentos que irritan las paredes del estómago.
Se puede comer directamente (debe estar bien madura) picada o bien en jugo.

La avena

Leche de avena
La avena es un alimento muy completo que produce saciedad; así, evitamos comer entre comidas.
Igualmente, ayuda a mejorar la digestión gracias a  su alto contenido en fibra. También se usa en muchos tratamientos de belleza.

La manzana

La manzana contiene altos niveles de fibra insoluble. Además, es rica en pectina y otras enzimas naturales que ayudan al estómago a prevenir muchas molestias.

La canela

Canela
Esta especia se suele utilizar para combatir la diarrea y las irritaciones estomacales, así como los gases.
La canela se puede consumir preparada en infusiones y agregándola a los alimentos que se consumen a diario.

El hinojo

El hinojo contribuye a evitar las flatulencias. Podemos liberarnos de los molestos gases preparando una infusión con media cucharada de semillas de esta planta en una taza de agua.

El aguacate

Aguacates
El aguacate es una gran fuente de potasio y fibra. Gracias a sus aceites naturales, es muy saludable para el estómago.
Se puede comer acompañado de cualquier otro alimento y a cualquier hora del día.
Estos alimentos favorecen la salud de tu sistema digestivo. Sin embargo, no dejes de consultar con un especialista ante cualquier molestia en tu estómago.

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