viernes, 14 de septiembre de 2018

La comida engorda más cuanto más años cumplimos


Yamila Papa 19 julio, 2017
Con el paso de los años nuestro organismo experimenta cambios hormonales para ahorrar energía. Nuestro metabolismo va adaptándose a estas variaciones y empieza a acumular grasa, por lo que deberemos modificar nuestros hábitos
¿Por qué será que, a medida que vamos cumpliendo años, se nos hace más difícil bajar de peso (o más fácil engordar)?
Este proceso normal en millones de personas tiene al menos una explicación. En este artículo te contaremos los motivos por los cuales la comida engorda más cuánto más años cumplimos.

¿Más años = más kilos?

Más años = más kilos
El cuerpo evoluciona todo el tiempo y va cambiando según pasan los años. Los músculos, los huesos y el metabolismo cambian continuamente.
El organismo de un niño de 10 años no funciona igual que el de esa misma persona a los 25, a los 40 o a los 65 años. En la adultez podemos tener más o menos músculos, según si somos más jóvenes o más ancianos.
Es normal entonces ver cambios en nuestro peso corporal y en cómo la grasa se va depositando en diferentes áreas donde quizás antes no estaba o era más sencillo reducirla.
El gasto basal de energía no es el mismo en cada etapa de la vida.Cuando somos más jóvenes gastamos más y, a medida que pasa el tiempo, la cifra va en disminución. Básicamente porque la aprovechamos mejor.
Este gasto basal se reduce por dos cuestiones principales:

1. Porque la composición corporal varía

Cuando crecemos perdemos músculo y ganamos grasa.
Por ejemplo el porcentaje de grasa de un hombre de 20 a 30 años oscila entre el 18 y el 21%; entre los 41 y los 50 años de 23 a 25% y más de 60 años supera el 26%.
En el caso de las mujeres sucede lo mismo: 22 a 24% de grasa entre los 20 y los 30 años; 27 a 30% entre los 41 y los 50 años y más de 31% pasados los 60 años.
La grasa se acumula de forma natural, al mismo tiempo que los músculos se reducen porque estos últimos son los que más energía gastan.

2. Porque las hormonas cambian

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Esto no solo atañe a las mujeres en la menopausia, sino también a los hombres adultos.
El patrón hormonal tiene mucha relación con lo que pesamos porque nos puede hacer comer o dormir más, por ejemplo.
A medida que crecemos, las hormonas trabajan para que ahorremos energía, ya que no tenemos la misma vitalidad o capacidad que antes. Esto quiere decir que es más probable acumular grasa (sobre todo, alrededor de la cintura).
Así es como el cuerpo se prepara para la falta de actividad o algún problema que requiera quietud.

A partir de los 30 es más fácil engordar

Con esto no se está dando rienda suelta a las comidas copiosas con la excusa de que igual engordaremos al pasar los 30. Es para tener en cuenta que los cambios del organismo no aparecen solamente en la vejez.
A medida que cumplimos más años vemos cómo la cintura se ensancha, el vientre se abulta y la ropa no queda como antes.
Soplar más velas en el pastel y subir de peso parece una relación indiscutible de la cual no podemos escapar aunque sigamos manteniendo los mismos hábitos alimentarios.
La batalla contra la obesidad y el sobrepeso es mayor a medida que cumplimos años.
La mala alimentación, el estrés, los factores genéticos y el sedentarismo pueden influir en la cantidad de kilos que aumentamos, así como también el consumo de medicamentos y los desequilibrios hormonales.
Justamente estos últimos son los principales causantes de acumulación de grasa corporal.
A partir de los 30 años el estrógeno, la progesterona y los andrógenos no trabajan de la misma manera que antes. Y, ya que son esenciales para el mantenimiento de la masa corporal, es comprensible ver cambios en nuestras caderas, abdomen o glúteos.
Las fuentes de energía que a los 15 o 20 años parecían inagotables se van apagando con los años y dan lugar a una vida más sedentaria.
Si a eso le sumamos el trabajo o los eventos más relajados (ir al cine o al teatro, cenar en un restaurante o viajar a un crucero con “todo incluido”) el resultado es mayor peso a mayor edad. Una ecuación muy sencilla.

Engordar no es el único cambio de la adultez

Engordar no es el único cambio de la adultez
Ahora bien, ¿qué sucede si llevo una vida saludable, hago ejercicio y me alimento bien? Pues deberás tener en cuenta la cantidad de calorías que necesitas.
  • Por ejemplo, a los 31 años una mujer de 60 kg precisa consumir 2000 calorías para mantenerse en su peso.
  • La misma mujer a los 45 años tendrá un gasto basal de 1850 calorías.
Por lo tanto si sigue comiendo 2000 al día tendrá 150 “de más” cada jornada. En aproximadamente seis meses ganará 4 kg.
No solo debemos pensar en los kilos de más que “aparecen” a medida que vamos cumpliendo años, sino también en las enfermedades o condiciones que se van gestando en la adultez.
Es el caso de la osteoporosis por la disminución ósea o la artrosis por problemas en las articulaciones.
Para evitar que los años nos sumen también kilos es fundamental ir amoldando nuestros hábitos a la edad que tenemos. Por ejemplo:
  • Continuar practicando ejercicio aunque sea más relajado (yoga, pilates, natación, etc).
  • Reducir la ingesta de grasas, sal y harinas.
  • No fumar ni beber alcohol
  • Dormir lo suficiente.
Por último, debemos asumir que no se puede tener el mismo cuerpo ni la misma talla a los 25 que a los 50.
Además de que han pasado más de dos décadas de vida, nuestros hábitos se han modificado y el organismo ha acompañado esos cambios.

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lunes, 10 de septiembre de 2018

4 estiramientos que te ayudarán a corregir tu postura


Solimar Cedeño 8 septiembre, 2018
Tener conciencia sobre tu cuerpo te ayudará a detectar y corregir problemas de postura antes de que te generen dolores o bien para aliviar los que ya tengas
El cuerpo humano es como una máquina perfecta con sus partes engranadas entre sí, por lo debemos cuidarlo y poner especial atención a lo que dice. ¿Padeces dolores de espalda, caderas, hombros o cabeza? Esas pueden ser señales de que algo no está bien con tu postura, por lo que debes trabajar en mejorarla.
Aunque parezca increíble, la postura corporal puede afectar algunos órganos internos del cuerpo, la respiración y la digestión. Esto se debe a la tensión de los músculos, los responsables de mantener el equilibrio, la posición erguida y facilitar los movimientos del cuerpo.
Una postura incorrecta puede ocasionar dolencias como escoliosis, tortícolis, cifosis, lumbalgia o tendinitis de hombros que en sus casos más graves requieren la ayuda de un especialista. Por suerte, estas molestias se pueden aliviar o incluso prevenir haciendo ejercicios de estiramiento sencillos con frecuencia.
Los músculos modifican la orientación de los huesos y esto incluye, por supuesto, la columna vertebral, que es nuestro soporte. Por esta razón el trabajo debe empezar desde los músculos y existen varios estiramientos para corregir la postura que son muy efectivos, ¡así que empieza a estirartus músculos!

Algunos estiramientos para corregir la postura

Una postura errónea al girar el cuello genera dolor.

1. Estiramiento de cuello con la barbilla hacia atrás

  • Párate derecho, con los pies en paralelo a la altura de las caderas y empuja la barbilla hacia atrás con la ayuda de los dedos.
  • Cuenta hasta tres y luego relaja.
Debes hacerlo con mucho cuidado para evitar lesiones en el cuello o empeorarlas en caso de que las tengas.

Beneficios

  • Fortalece los músculos de la nuca.
  • Reduce el dolor de cuello.
  • Mejora la postura de la espalda.

2. Estiramiento de brazos detrás de la espalda

  • Coloca los brazos hacia atrás y entrelaza los dedos.
  • Levanta los brazos lentamente hasta que sientas que el pecho se estire.
Recuerda no forzar demasiado tus músculos con esta postura. Si sientes dolor, relájate un poco.

Beneficios

  • Corrige la postura de hombros encorvados.
  • Libera la tensión en los músculos del pecho.
  • Libera la tensión de los hombros.

3. Estiramiento de brazos contra la pared

  • Acércate a una pared y estira uno de tus brazos de manera horizontal. La palma de la mano debe estar contra la pared.
  • Ejerce un poco de presión girando el cuerpo en dirección contraria al brazo que tienes estirado.
  • Mantén la posición durante diez segundos y repite el ejercicio con el otro brazo.

Beneficios

4. Estiramiento de los aductores de la cadera

mujer con dolor de espalda en oficina
  • Siéntate en el piso y coloca las piernas en posición de mariposa.
  • Junta las plantas de los pies y acércalos al cuerpo todo lo que puedas sin que esto te cause mucho dolor.
  • Con ayuda de los codos, lleva las rodillas ligeramente hacia afuera. Mantén la posición por 20 segundos.

Beneficios

  • Reduce la inclinación pélvica.
  • Reduce la curva de la parte posterior de la espalda.
  • Alivia el dolor de caderas y espalda baja.
Con estos estiramientos para corregir la postura podrás aliviar los dolores musculares y lumbares. También podrás reducir el estrés, el riesgo de lesiones y tu condición física mejorará notablemente.
Realiza los ejercicios a diario para obtener resultados. Recuerda que tu cuerpo viene acostumbrado a posturas erróneas y le tomará tiempo habituarse a adoptar posturas correctas.
Tener conciencia de tu cuerpo es primordial para que detectes y corrijas las posturas que no son adecuadas y te generan malestares. No es tarea sencilla corregir tu postura encorvada o de hombros caídos con solo pensarlo. Debes estar atento de mantenerte erguido y complementar este trabajo con ejercicios que, sin duda alguna, te ayudarán.
Si tu problema de postura es más severo quizás no será posible que lo corrijas tú solo y deberás buscar ayuda de un especialista. Lo importante es que te preocupes por mejorar tu condición física y a la vez mejorar tu autoestima.
Tener una buena postura te hará sentir más confiado e incluso mejorará tu aspecto físico.

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