miércoles, 4 de julio de 2012

ALIMENTOS QUE INTERACTÚAN CON MEDICAMENTOS


 
Es poco habitual pero es totalmente cierto que algunos alimentos interactúan con medicamentos, provocando reacciones que pueden resultar peligrosas.

¿Los alimentos son siempre "inofensivos"?

La mayoría de nosotros tenemos la equivocada idea de que las plantas y los alimentos naturales, forzosamente tienen que ser sanos y seguros. Pero lamentablemente no es así.
Con mayor frecuencia de lo que nos imaginamos, muchos de los alimentos pueden interactuar con medicamentos que nos fueron prescriptas y desencadenar reacciones adversas, algunas de ellas intensas y peligrosas. Sepamos cómo prevenir posibles dificultades.

Leamos bien los prospectos de los medicamentos

Si usted está recibiendo un tratamiento médico y nota síntomas inusuales, esto podría ser un preanuncio de una interacción indeseable entre esa medicación y algún alimento ingerido.
Ya que ambos comparten la misma vía de ingreso al cuerpo, uno de ellos puede interferir o alterar el proceso por el cual el otro se metaboliza.
Algunas drogas interfieren la capacidad de absorber nutrientes, asimismo, algunas plantas o alimentos pueden llegar a disminuir o incrementar el trabajo del medicamento.

Ejemplos de alimentos que interactúan con medicamentos

  • Las fibras dietéticas: afectan la absorción de ciertas drogas; la pectina y otras fibras solubles enlentecen la absorción del acetaminofen (analgésico)
  • El salvado: y otras fibras insolubles ocasionan lo mismo con la digoxina (medicación para el corazón)
  • Vitamina K: el brócoli, la espinaca y otras verduras de hoja ricas en vitamina k, si son consumidas en gran cantidad y con frecuencia, pueden oponerse a la acción de medicamentos anticoagulantes.
  • El alcohol: puede interactuar con los antidepresivos, con los sedantes y con otras drogas que actúan sobre el Sistema Nervioso Central.
  • Cafeína: el té, el café, el chocolate, aumentan el riesgo de reacciones adversas si se consumen durante el uso de teofilina (usada en el tratamiento del asma)

Más cuidado con los pacientes de alto riesgo

Tengamos también en cuenta que los peligros de toxicidad aumentan cuando se trata de pacientes de alto riesgo, como es el caso de personas con diabetes, en hipertensos, en enfermos con altos niveles de colesterol y en aquellos que sufren de enfermedad cardiaca congestiva; en todos ellos son esperables efectos colaterales más intensos.

Otros alimentos que interactúan con medicamentos

  • Los quesos Parmesano, Brie, Cheddar y Roquefort, las habas, el chucrut, algunas cervezas, el vino tinto, las paltas muy maduras, y los salamines picantes, no deben consumirse si se toman antidepresivos relacionados con la monoaminooxidasa (MAO). Todos ellos pueden desencadenar picos hipertensivos muy fuertes. Lo mismo sucede si se usa la planta Hiperico o Hierba de San Juan como antidepresivo.
  • El jugo de pomelo interactúa con ciertas drogas contra la hipertensión arterial, con algunas medicaciones psiquiátricas, con los estrógenos, con los anticonceptivos orales, con drogas para bajar el colesterol, y con algunos antihistamínicos no sedativos, especialmente se pueden llegar a producir reacciones fatales con una clase en particular de estos últimos.
  • El jugo de naranja no debería ser consumido con antiácidos que contengan aluminio pues se aumenta la absorción de este metal.
  • La leche y el jugo de naranja se deben evitar si se reciben antibióticos por vía oral, pues aquellos disminuyen la efectividad de los últimos.
  • La leche, este alimento interactúa con medicamentos con laxantes que contengan bisacodil potenciándose mucho sus efectos y trayendo desagradables sorpresas.

Avena y medicamentos cardíacos

Los niveles de digoxina, una droga utilizada en las insuficiencias cardíacas, pueden disminuir notablemente cuando se ingiere junto con fibras dietéticas como es el caso de la avena. Pero no conviene dejar bruscamente de ingerir las fibras porque como rebote aumentaría mucho la concentración de la digoxina en la sangre y eso es muy peligroso.

¡Ojito con la cafeína!

Los alimentos y bebidas cafeinados no se pueden consumir simultáneamente con teofilina (usada habitualmente contra el asma) pues causan una pronunciada excitabilidad nerviosa.
Los enfermos que toman cimetidina (para el estómago), antibióticos quinolónicos y ciertos anticonceptivos orales también deberían evitar los productos cafeinados por el peligro de reacciones intensas.

Otros casos

  • La carne asada forma compuestos químicos que podrían interferir a medicamentos para el asma que contengan teofilina, facilitando las recaídas de la enfermedad.
  • Si se toman antiinflamatorios o ciertos remedios para la artritis, sería conveniente evitar una dieta demasiado rica en grasas, pues estos alimentos interactúan con medicamentos y podrían provocar daños renales de imprevisible gravedad.
  • Los antioxidantes y los beta-carotenos intensifican los efectos tóxicos del alcohol sobre el hígado.

Cuidado con el regaliz

    El orozuz (regaliz), a la vez condimento y golosina, interactúa con los siguientes medicamentos:
  • Si se toma digoxina puede traer arritmias cardíacas e incluso paro cardíaco.
  • Con diuréticos puede haber peligrosas caídas en el Potasio corporal.
  • Con bloqueadores del Canal del Calcio (antihipertensivos) puede producir importantes picos de alta presión arterial.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.
 

Luis Steinberg
Médico Homeópata Unicista. Fito-Medicina. Terapias de Revitalización Celular

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INFORMACION SOBRE LAS MEDICINAS

Cuando lees informaciones del tipo "Los efectos secundarios de los medicamentos son ya la primera causa de muerte en EEUU" más te terminas de convencer que la medicina natural es el mejor camino para recuperar la salud.
Si bien es cierto que en situaciones agudas o en accidentes nos puede ir muy bien determinado medicamento o intervención quirúrgica también es verdad que los remedios naturales nos ayudarán de un modo eficaz y sin efectos secundarios.
Es una pena que la mayoría de medicamentos están pensados para aliviar los síntomas pero nunca para curar. El negocio es el paciente crónico. Con el medicamento mejora un poco (sino no lo tomaría) pero como nunca se curará ya tenemos un "cliente" de por vida. Si el medicamento tiene efectos secundarios. ningún problema. le damos otros medicamentos y tema resuelto.
Las plantas medicinales, los suplementos nutricionales y las terapias naturales, siempre que respetemos la dosis y veamos su compatibilidad con la medicación del paciente, no deben de causar ningún problema.
Cuando además se dan pautas para que cambie su alimentación, haga más ejercicio y vaya "sanando" sus emociones lo habitual es que la persona en lugar de sufrir efectos secundarios "sufra" beneficios secundarios.
Es muy agradecido ver como la persona te dice que además de mejorar esa dolencia te comenta que además duerme mejor, que las digestiones son más ligeras, que su estado de ánimo ha mejorado, etc.
En resumen, que cuidarse y tomar sólo la medicación indispensable (hay casos en los que no hay más remedio) es la mejor opción para estar sano, prevenir enfermedades y no morir (literalmente) antes de hora.
(Boletin de Enbuenasmanos)

lunes, 2 de julio de 2012

EL ESTRÉS NO ES UNA ENFERMEDAD


El estrés no es una enfermedad en si mismo sino sólo es un síntoma de que estamos llevando un ritmo demasiado frenético y hay que ir, pues, a la causa.
La calidad de vida es uno de los bienes más preciosos que buscamos hoy en día: no solo queremos tener trabajo, familia, bienestar económico, relaciones satisfactorias, salud y tiempo para nosotros. Queremos vivir bien. Sin embargo nunca hemos estado tan lejos de tener una buena y verdadera calidad de vida. ¿Por qué?
Ciertamente el exceso de estrés es el factor que en la actualidad más disminuye nuestro bienestar y nuestra vitalidad. En España éste ya se ha convertido en la tercera causa de visitas al medico y no solo porque nos procura molestias físicas (como cansancio, mal sueño, leves y frecuentes enfermedades, dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos), sino porque también modifica nuestro comportamiento (nos vuelve irritables, malhumorados, ansiosos y preocupados, más solitarios) y al final hace que no logremos conciliar la vida profesional con la personal, que no estemos satisfechos y que no disfrutemos de los acontecimientos de la vida, incluso de aquellos que nos gustan.

¿Es necesario pagar un precio tan alto?

Las evidencias científicas demuestran que el estrés no es ni bueno ni malo; ni positivo ni negativo; no es una enfermedad o un problema es simplemente una energía interna muy poderosa que nuestro cuerpo activa automáticamente para que podamos llevar a cabo las actividades diarias. Energía de adaptación la llamaba el Dr. Hans Selye, considerado el padre de los estudios sobre el estrés.
Cada vez que necesitamos energía para actuar en una situación que percibamos como difícil (desde correr para coger el bus a participar a una reunión, desde terminar una tarea a involucrarnos en una discusión), nuestro cuerpo debe movilizar energía. El cocktail de hormonas que compone las varias fases del estrés existen precisa y solamente para "cargarnos" con el fin de que podamos enfrentarnos al día al día. Hasta levantarnos por la mañana de la cama sube automáticamente nuestro nivel de estrés.
Si pensamos en nuestro cuerpo como a un coche, el estrés es como la gasolina que sirve para hacerlo funcionar. Pero la gasolina también lo puede quemar y el estrés puede hacer lo mismo con nosotros.
El Dr. Selye solía decir que el estrés es lo que da sabor a la vida. Un nivel fisiológico normal de estrés no solo es imprescindible en nuestro cuerpo sino que nos permite evolucionar, crecer, enfrentarnos a los retos diarios nos permite, en otras palabras, saborear todas las novedades que la vida nos ofrece. Sin embargo, si un nivel normal de estrés es positivo y necesario, un nivel excesivo o fuera de control se convierte en un problema.

¿Cómo podemos controlar el estrés?

Teniendo en cuenta que la mayoría de las cosas que nos estresan no dependen de nosotros.
La escasa vitalidad y el estrés negativo se deben a que nuestra "gasolina" interna no es suficiente para todo lo que tenemos que hacer: demasiado trabajo, los hijos pequeños, el tráfico, los problemas, el jefe, los imprevistos.
    Pues, frente a esta situación solo hay dos posibilidades
  • Controlar, desminuir o eliminar lo que nos estresa y que no conseguimos contrastar. Aunque esta sea la medida más rápida y eficaz, en la mayor parte de los casos no podemos actuar mucho en esta dirección.
  • Fortalecer, aumentar y recuperar más rápidamente nuestra energía interna y, también, aprender a gastarla y usarla de manera más rentable y satisfactoria: gastar menos gasolina y más rentablemente. Es como pasar a tener un coche con mejores prestaciones.

Y ¿cómo se hace eso concretamente?

Contrariamente a lo que pensamos y hacemos (y por eso seguimos estresados), la formula clave para aumentar nuestra vitalidad y controlar eficazmente el estrés no es hacer menos cosas y tener más tiempo para nuestras aficiones, cosas estas que son a menudo muy difíciles de conseguir; la clave no es reducir la cantidad de energía de estrés que nos gastamos para hacer las cosas que hacemos.
Dicho de otra forma, no es intentar gastar menos "monedas de estrés" de nuestro bolsillo. El secreto para recuperar el control del estrés, aumentar el bienestar y la vitalidad es actuar sobre el desequilibrio entre el gasto de estrés y la satisfacción que obtenemos como resultado de él.
No es como gastar menos "monedas de estrés", sino es como comprar más cantidad y calidad de satisfacción gastándose el mismo dinero. Obtener más satisfacción de lo que hacemos es el secreto. Cuando hacemos cosas que nos dan mucha satisfacción casi no nos enteramos del estrés que nos procuran (y de hecho no nos están estresando)
Al contrario, cuando una cosa no nos da satisfacción, parece que sea mucho más estresante de lo que es. ¿Por qué a alguien le encanta tirarse de un avión con un paracaídas y a otros les aterroriza solo la idea? El estrés que se gastan es el mismo, pero la satisfacción que obtienen no lo es: mucha para los primeros y nada para los segundos.
Parece obvio, pero es curioso que casi el 87% de la gente no tenga una idea clara de qué cosas le dan satisfacción y así acabe gastándose la energía en 87 cosas su 100 que no le dan un retorno positivo. Y satisfacción no significa hacer lo que nos da la gana o lo que nos gusta, sino es aquel sentimiento de estar cumpliendo con nuestros compromisos hacia nosotros mismos, nuestra vida, nuestros objetivos.
Así que para aumentar la vitalidad, es imprescindible aumentar el retorno satisfactorio de las cosas que hacemos en el trabajo, en casa, en el tiempo libre. Y esto es algo que podemos fácilmente enraizar en nuestras costumbres de vida diaria.
 

Paolo Cesco
Entrenador personal en manejo de estrés y bienestar. Certificado por Instituto Canadiense de Estrés - Fundación Hans Selye
Colaborador de enbuenasmanos.com http://www.estres-bienestar.com