viernes, 26 de julio de 2019

¿Cuáles son las diferencias entre glucosa y fructosa?


Glucosa y fructosa son diferentes caras de una misma moneda. Ambos son azúcares simples pero su impacto cardiovascular y metabólico es diferente.
¿Conoces las diferencias entre glucosa y fructosa? ¿Sabes cuál es mejor para ti? Ambas son isómeros, es decir, tienen una misma fórmula química, pero su estructura molecular es diferente. Por ello, sus rutas metabólicas difieren y, por tanto, también sus efectos sobre el organismo.

La glucosa

La glucosa, al igual que la fructosa, es un monosacárido. Su índice glucémico es máximo y, por tanto, constituye una sustancia que eleva la glucosa sanguínea tan rápido como se absorbe.
La glucosa es la sustancia con mayor capacidad para elevar la glucemia.
Se encuentra en multitud de alimentos en forma de glucosa o almidón(unión de moléculas de glucosa). Sin embargo, como edulcorante doméstico, es difícil encontrarla en un formato diferente al azúcar de mesa.
Pese a las dificultades, el consumidor de a pie ya la puede encontrar de forma pura en el mismo formato en el que la industria alimentaria la lleva utilizando desde hace años: la dextrosa.

La fructosa

La fructosa es el azúcar con mayor poder edulcorante. Paradójicamente, su capacidad para elevar la glucosa de la sangre es muy inferior a la de la glucosa. De hecho, su índice glucémico está clasificado como bajo.
A diferencia de la glucosa, es fácil encontrarla de forma libre para su uso doméstico. Además, es el edulcorante favorito de la industria alimentariapor su bajo coste y su máximo dulzor.
Su consumo como edulcorante se popularizó en 1960 como consecuencia de su bajo coste junto a la aparición de investigaciones que demostraban su bajo índice glucémico.
En los alimentos naturales la encontramos fundamentalmente en la fruta. Sin embargo, los perjuicios que detallaremos a continuación no son atribuibles a su consumo. Esto se debe a que la densidad de fructosa es muy baja y a que su riqueza en fibra reduce y retrasa su absorción.

Diferencias cardio-metabólicas entre la glucosa y la fructosa


fructosa y glucosa
Las rutas metabólicas de la fructosa y la glucosa difieren entre sí debido a sus diferencias estructurales.

Las diferencias estructurales entre glucosa y fructosa hacen que sus rutas metabólicas difieran entre sí y que, por tanto, su impacto sobre el organismo también sea diferente.

El combustible energético del organismo

La glucosa llega a todas las células de nuestro organismo a través de transportadores específicos (destacando, GLUT2, GLUT3 y GLUT4). Esto quiere decir que todas nuestras células utilizan la glucosa como combustible energético principal. 
Sin embargo, la fructosa utiliza transportadores GLUT5 y únicamente puede formar glucógeno hepático y ácidos grasos. Es decir, sólo es absorbida por hepatocitos y adipocitos. Esto se traduce en una menor oportunidad de uso y una mayor tendencia a la acumulación de grasa corporal.

Apetito

Los estudios muestran que el consumo de glucosa aumenta el apetito. Probablemente, esto se deba a su capacidad para estimular la producción de picos de insulina y la consecuente retirada de la glucosa de la sangre. Así, es el descenso de la glucemia el responsable del aumento de apetito.

Fructosa, glucosa y adiponectina

La adiponectina es una proteína secretada fundamentalmente por adipocitos y cardiomiocitos. Su nivel es inversamente proporcional al porcentaje de grasa corporal y se encuentra reducida en los estados de obesidad y diabetes mellitus.
Además, tiene un importante papel en la regulación del metabolismo energético puesto que:
  • Favorece la oxidación de ácidos grasos.
  • Reduce los triglicéridos plasmáticos.
  • Aumenta la sensibilidad a la insulina.
Al respecto, se sabe que la glucosa tiene más capacidad que la fructosa para inducir la liberación de adiponectina y conseguir los beneficios asociados al aumento de la misma.

Fructosa, glucosa y adiponectina
La glucosa induce a una mayor liberación de adiponectina.

Control metabólico

La ruta metabólica de la fructosa está menos controlada que la de la glucosa. Por ejemplo, la fructosa no depende del sodio para entra en el interior de las células. Así, toda la fructosa viaja desde el intestino hacia el hígado para su metabolismo.
Además, la fructosa no puede ser acumulada en forma de glucógeno muscular ni utilizada por células diferentes de adipocitos y hepatocitos. Esto, junto a su facilidad para entrar en el interior celular, supone una rápida activación de la lipogénesis (formación de grasa corporal).

Ácidos grasos

La fructosa reduce la oxidación de ácidos grasos y aumenta la síntesis de lípidos en el hígado. Así, su consumo excesivo ha sido relacionado con sobrecarga hepática e hígado graso.
Si tenemos en cuenta que la contienen la mayoría de alimentos procesados y que el consumo de estos ha aumentado, no parece muy difícil alcanzar el consumo excesivo mencionado. El exceso parece todavía más sencillo si pensamos que muchas personas han optado por su consumo como edulcorante por su bajo índice glucémico.

Efecto del consumo de glucosa y fructosa sobre la relajación de la arteria aorta

Akther, Alegret, Laguna, Roglans, Roshanak, Sangüesa & Shaligram (2017) estudiaron los efectos del consumo de glucosa y fructosa en una población de ratas expuestas a un agente donador de óxido nítrico y encontraron que la arteria aorta era menos capaz de relajarse en las ratas que recibieron fructosa.
Esto supone un peor estado cardiovascular y una menor respuesta al tratamiento farmacológico más utilizado (nitroglicerina) para la cardiopatía isquémica (obstrucción del flujo sanguíneo al músculo cardíaco).

La fructosa supone un peor estado metabólico y cardiovascular

En base a todo lo anterior, pese a que el consumo de glucosa aumenta el apetito, los estudios encuentran que la fructosa es probablemente el carbohidrato con mayor capacidad obesogénica. De hecho, su consumo se ha relacionado con el ya afamado «síndrome metabólico«.
Además, el consumo de fructosa se ha relacionado con resistencia a la insulina, peor perfil lipídico y respuesta cardiovascular inadecuada.

Síndrome metabólico inducido por fructosa
El síndrome metabólico incluye: exceso de grasa abdominal, hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipertrigliceridemia y descenso de la proteína HDL (colesterol bueno).

Consideraciones prácticas basadas en las diferencias entre glucosa y fructosa

Ya conocemos las diferencias entre glucosa y fructosa y su impacto sobre la salud pero, ¿qué supone esta información en el día a día?

¿Qué hago con la fructosa?

Como ya hemos visto, pese a su bajo índice glucémico, su consumo supone un sinfín de efectos negativos que terminan en más obesidad, diabetes, patología hepática y todo lo que estas llevan consigo.
La recomendación es evitar el consumo de fructosa libre.
En este sentido, debemos tener en cuenta que la mayoría de alimentos procesados contienen fructosa dentro de sus ingredientes. Así que hoy tienes un motivo más para abandonar el consumo de alimentos procesados.

¿Cuándo consumir glucosa?

Una de las grandes diferencias entre la glucosa y la fructosa radica en su capacidad para elevar la glucemia. Así, deberemos optar por el consumo de glucosa en los casos en los que necesitemos un aporte energético rápido. Esto sería durante la práctica de ejercicio físico intenso o al finalizar la misma.
Si la demanda energética fuese muy elevada  (actividad física intensa >2,5-3 horas) sería conveniente elegir carbohidratos combinados de alto índice glucémico. Esto sería la miel, el azúcar de mesa o el uso concomitante de glucosa y fructosa libres. De este modo, estaríamos saturando todos los transportadores que llevan el azúcar hacia nuestras células y, por tanto, satisfaciendo nuestra demanda energética.

Una alternativa de bajo índice glucémico

Sin embargo, en el resto de circunstancias no deberíamos optar por la glucosa. Al mismo tiempo, tampoco deberíamos optar por la fructosa puesto que, a pesar de su bajo índice glucémico, supone un impacto cardio-metabólico muy negativo. Los edulcorantes acalóricos tampoco son una buena alternativa.
Ni la glucosa, ni la fructosa ni los edulcorantes acalóricos son buenas alternativas para personas con sobrepeso, obesidad o diabetes mellitus.
En todos aquellos momentos diferentes a la práctica de ejercicio físico intenso, lo ideal sería una glucosa de bajo índice glucémico pero lamentablemente no existe. De modo que nuestra mejor alternativa será el azúcar de coco.
El azúcar de coco constituye un edulcorante natural a base de sacarosa (50% glucosa y 50% fructosa) y su índice glucémico es bajo. Puesto que no está refinado, su contenido de agua y fibra es mayor que el de otros edulcorantes. Esto hace que la proporción de sacarosa en cada porción sea inferior.
No olvides que, siempre y cuando no necesites un aporte energético inmediato, el consumo de azúcares libres (sea el que sea) deberá ser el menor posible.

jueves, 25 de julio de 2019

4 beneficios de la risa según la ciencia


La risa fortalece las relaciones sociales y afectivas entre las personas. Una pareja que ríe constantemente, probablemente será más estable. Los beneficios de la risa van desde mejorar la cohesión entre las personas, hasta fortalecer significativamente la salud.

Frente a los beneficios de la risa para la salud hay muchos mitos, pero también estudios que respaldan esta tesis. Reír es positivo en cualquier circunstancia. Pero de ahí a señalar que cura el cáncer, como a veces se dice y se publica, hay mucho trecho.
Una cosa es cierta: cualquier experiencia grata incide positivamente en la salud física. El equilibrio emocional contribuye a forjar un mayor equilibrio físico y viceversa. Por eso, sería necio negar los beneficios de la risa sobre el bienestar. Lo que no se debe hacer es exagerarlos.
Los chinos y los romanos emplearon las cosquillas como métodos de tortura. Sabían que todo exceso, incluso de risa, es negativo. Por contrapartida, la ciencia ha descubierto que las risas sanas y frecuentes sí generan grandes beneficios. Los siguientes son algunos de ellos.

1. Liberación de endorfinas, uno de los beneficios de la risa

Endorfinas
La liberación de endorfinas es el mayor de todos los beneficios de la risa. Las endorfinas son conocidas como las hormonas de la felicidad, pues generan una sensación de bienestar físico y emocional.
Las psicólogas Tara Kraft y Sarah Pressman, de la Universidad de Kansas, publicaron un estudio en 2012 al respecto, en la revista Psychological Science. En él, prueban que la risa genera cambios químicos en el cuerpo y que esto da lugar una sensación de bienestar que se prolonga hasta 24 horas.
También se ha evidenciado que la risa provoca mayor producción de dopamina, otra sustancia que contribuye al buen estado de ánimo. Simultáneamente, inhibe la producción de cortisol, sustancia conocida como “la hormona del estrés”.

2. Fortalecimiento del sistema cardiovascular

Un estudio llevado a cabo por el profesor Michael Miller, de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), señala que otro de los beneficios de la risa es el fortalecimiento del sistema cardiovascular. Miller hizo un experimento con un grupo de 20 voluntarios para probarlo.
A este grupo se le hizo ver una película triste y luego una cómica. Tras la película triste, se evidenció que el flujo sanguíneo era más reducido en el 70 % de los participantes. Después de ver la comedia, dicho flujo sanguíneoaumentó en un promedio del 20 % en todos los voluntarios.
Miller dice que la mejor manera de cuidar el sistema cardiovascular es hacer ejercicio durante 30 minutos, al menos tres días a la semana, y reír 15 minutos diariamente.

3. La risa es analgésica

Beneficios de la risa
En 1976 se publicó un estudio en la revista The New England Journal of Medicine. Su autor era Norman Cousins, quien luego escribió un libro sobre el tema. En dicho estudio, Cousins afirmaba que trató una enfermedad muy dolorosa (espondilitis anquilosante) con episodios de “Cámara escondida”, vídeos de los Hermanos Marx y vitamina C.
Por su parte, la psiquiatra Margaret Stuber, de la Universidad de California UCLA, realizó algunos experimentos con niños. A ellos les pidió que metieran las manos dentro de agua helada. Comprobó que, si estaban viendo vídeos graciosos, toleraban mejor la experiencia y sentían menos estrés.
La propia producción de un mayor volumen de endorfinas hace que el dolor físico disminuya. Estas se consideran analgésicos naturales. En síntesis, está básicamente probado que uno de los beneficios de la risa es el de incrementar la tolerancia al dolor.

4. El sistema inmunológico y otros datos de interés

El sistema inmunológico es uno de los más sensibles a los cambios del estado de ánimo. Así mismo, está comprobado que el buen humor fortalece las defensas del organismo. Por lo tanto, se cree que la risa contribuye a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir infecciones.
Hay indicios, no concluyentes, sobre otros beneficios de la risa. Se dice que ayuda a adelgazar, que mejora el aspecto del cutis, fortalece el sistema respiratorio, previene el insomnio, potencia la imaginación, mejora la memoria y mil cosas más. Aunque no está probado, es muy plausible que sí contribuya, en parte, a todo ello.
Los seres humanos desarrollamos la capacidad de reír poco después de nuestro nacimiento. Desafortunadamente, a medida que vamos creciendo también perdemos progresivamente la capacidad de reír. Mientras que un niño ríe en promedio 300 veces al día, los adultos lo hacen entre 15 y 100 veces. Tal vez necesitamos volver a ser niños de vez en cuando para mejorar nuestra salud.