Para que nuestras varices no empeoren debemos evitar toda fuente de calor y refrescar las piernas cada 15 o 20 minutos. Olvídate de la cera caliente para depilarte: también es perjudicial
Si sufres de varices o insuficiencia venosa crónica sabrás sin duda que, con las altas temperaturas, las molestias son mayores. Aumenta la presión, el dolor y el cansancio.
Desde la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) nos ofrecen unas sencillas e importantes pautas que nos pueden ayudar a mejorar nuestra calidad de vida y a disfrutar de un verano más relajado si padecemos varices.
Estamos seguros de que esta información te va a resultar útil.
Las varices en verano, una condena diaria para tus piernas
Desde el Hospital Ramón y Cajal de Madrid (España) nos indican que, a pesar de que el origen de las varices tiene un componente genético muy claro, en ocasiones, factores como la obesidad o una vida sedentaria pueden favorecer también su aparición.
Ahora bien, con la llegada del verano y la subida de las temperaturas, toda persona aquejada de insuficiencia venosa puede experimentar una serie de cambios que merece la pena tener en cuenta para tomar precauciones:
- Las venas se dilatan.
- Aumenta la retención de líquidos.
- Aumenta la presión y el dolor.
- Hay mayor riesgo de que aparezcan trombos.
- Mayor dolor en los pies e hinchazón de tobillos.
Recuerda también que las varices no son solo un problema estético: es el resultado de una mal funcionamiento de las válvulas de las venas de las piernas. Se dilatan, se alargan y el flujo de la sangre se vuelve más lento.Hemos de tener muy claro que en el tema de las varices no existen milagros. Podemos mejorar nuestro bienestar mediante ejercicios y unas pautas específicas, pero el problema no se suele resolver con facilidad a no ser que nos sometamos a una intervención quirúrgica.
Así pues, supervisa siempre con tu médico el estado de tus varices, toma la medicación que te prescriban y, llegado el verano, pon en práctica estas sencillas pautas que de seguro te van a ser muy útiles.
Cómo cuidar de tus varices en verano
Desde la revista médica “Médicos y pacientes” nos ofrecen unas interesantes estrategias redactadas a través del Capítulo español de Flebología (CEF) y la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, antes citada.
Así pues, toma buena nota de estos sencillos consejos:
1. Evita fuentes directas de calor
Sabemos que cuando llega el verano te encanta tumbarte en la playa o en la piscina y dejar que el sol broncee un poco tus piernas.
Debemos tener mucho cuidado, puesto que las altas temperaturas favorecen la dilatación de las varices y el problema se agrava. Ten en cuenta estas dimensiones:
- Toma el sol en las horas de menos calor (antes de las 10 de la mañana y en las últimas horas del día).
- Si te expones al sol en las horas centrales (lo cual no sería nada recomendable en estos casos), aplícate un protector en las piernas y báñate con agua fresca cada 15 o 20 minutos .
- Los médicos nos advierten de que lo mejor es evitar toda fuente de calor si tenemos varices, así pues, ten en cuenta que, por ejemplo, la depilación con cera no sería adecuada.
Camina por la arena en las horas de menos sol. La arena reactiva nuestra circulación y es muy saludable.
2. Mueve las piernas en verano
- Si vas a realizar un viaje largo en coche, tren o avión, debes saber que estas situaciones de inmovilidad agravan la insuficiencia venosa.
- ¿Un consejo? Muévete siempre que te sea posible, utiliza medias compresoras, hazte masajes ascendentes desde la pantorrilla hasta la rodilla y mueve en círculos los tobillos.
- Anda descalza por la orilla del mar: el agua ejerce una contracción venosa muy adecuada.
- Practica la natación, encontrarás un alivio estupendo siempre que hagas cualquier ejercicio dentro del agua y favorece además el retorno venoso.
3. Calzado y ropa cómoda
- Nada de pantalones muy ajustados. Lo mejor son los pareos, los vestidos largos de algodón frescos y que, además, pueden protegerte del sol.
Cuida también de los zapatos que calces: si llevan un tacón mayor de 4 centímetros se reduce la superficie de apoyo del pie y, por tanto, impide el adecuado retorno venoso.
- Evita los calcetines que te opriman en tobillos o pantorrillas y, si lo necesitas, utiliza las medias terapéuticas: en un momento dado pueden ofrecerte mucho alivio.
4. Evita el estreñimiento
- En verano es muy habitual que suframos estreñimiento. Debido a los viajes, a las salidas, a esas excursiones y, en general, a que cambiamos de hábitos, nuestro cuerpo deja de “ser regular” y sufrimos algún que otro problema para ir al baño.
- Según nos explican los médicos, todo ello hace que acabemos acumulando líquidos y toxinas, y afecta a su vez a nuestras varices.
- Recuerda beber mucha agua y jugos y consume fibra y fruta fresca. El verano es esta estación tan “peligrosa” en la cual acabamos cogiendo algún kilo de más. Evítalo.
Sigue una dieta equilibrada y no cometas excesos. Tu salud general lo va a agradecer.
En conclusión, para olvidarnos un poco de nuestras varices en verano es esencial que evites las fuentes de calor y que aproveches, sobre todo, el agua del mar o de la piscina para hacer ejercicios en ella. ¡Encontrarás un gran alivio!
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