Jorge Bucay manifiesta en estos dos poemas que no podemos pedirle a otra persona aquello que nosostros no estamos dispuestos a dar o a hacer. Las relaciones interpersonales se basan en la mutua confianza y no en la posesión del otro. La anáfora de 'quiero', tanto en uno como en otro poema, es la manifestación de un deseo pero también la expresión de un amor inconfundible, rotundo y sin fisuras.
Jorge Bucay: Quiero
Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy, hoy puedes contar conmigo.
Sin condiciones.
Jorge Bucay: Quiero aprender
Quiero aprender a oírte sin juzgarte,
Quiero que me enseñes a opinar sin darte consejos,
Quiero aprender a confiar en mí sin exigirme,
Quiero enseñarte a ayudarme sin intentar decidir por mí,
Quiero aprender a cuidarte sin anularte,
Quiero que me enseñes a mirarte sin proyectar cosas en ti,
Quiero que aprendas a animarme sin empujarme,
Quiero enseñarte a abrazarme sin asfixiarme,
Quiero aprender a sostenerte sin hacerte cargo de ti,
Quiero que me enseñes como protegerte sin mentiras,
Quiero aprender a acercarme a ti sin invadirte,
Quiero que aprendamos a aceptar las cosas del otro que más nos disgusta, tanto como para no pretender cambiarlas,
Quiero que hoy, después de lo aprendido yo de ti y tú de mi, seamos capaces de elegirnos otra vez sin condiciones.
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