Es el centro de nuestro cuerpo y desde donde parten muchas de nuestras funciones vitales. El estómago procesa todos los alimentos que consumimos y hasta tiene inferencias en nuestro estado de ánimo, nuestro humor y nuestra felicidad. ¿Quieres saber cómo cuidar el estómago y evitar enfermedades en él? Entonces, lee este artículo.
Más allá de una cuestión estética, no tener un vientre demasiado abultado es bueno para la salud. Además, si mantienes el estómago en buenas condiciones, te sentirás mejor. Como dice el refrán popular “en el estómago fragua la salud”. Si por el contrario, tu estómago no está funcionando bien, no te sentirás de ánimo, estarás cansado, tu piel se verá apagada y es probable que subas de peso. Todo ello debido a que tu organismo tendrá serios problemas para deshacerse de las toxinas y los desechos que son transportados por la sangre.
¿Cómo detectar un mal funcionamiento estomacal?
Como ya hemos dicho antes, la piel es la señal por excelencia de que algo no está bien en tu estómago. Lucirá grasosa, con acné, como apagada, etc.
Otros síntomas de que necesitas hacer un cambio en la forma de tratar tu estómago son:
- Mal aliento (halitosis)
- Boca “pastosa”
- Lengua de color blanco
- Estómago adolorido
- Vientre inflamado
- Exceso de gases
- Poco apetito
- Náuseas
- Eructos
- Estreñimiento
- Diarreas
- Empachos
- Indigestiones
Todas estas señales pueden estar indicando que existen problemas en tu sistema digestivo. Si padeces al menos una de ellas (o varias), es preciso que realices algún tratamiento para equilibrar el estómago y recuperarte.
¿Qué afecta tu sistema digestivo?
Una vez que has detectado una anomalía en tu estómago debido a los síntomas indicados antes, el siguiente paso es cuidar lo que comes. A veces no nos damos cuenta de que estamos añadiendo alimentos perjudiciales para nuestra salud y los seguimos consumiendo. En la mayoría de los casos, estas son las razones por las cuales nos duele el estómago, nos sentimos siempre pesados, tenemos flatulencias o problemas para ir al baño:
Ingerir lácteos
Sobre todo, la leche de vaca entera y cruda, también algunos quesos muy fuertes. Todos los lácteos son “pesados” para el estómago. Algunos indican que esto se debe a los compuestos artificiales que se le añaden, otros afirman que la razón es que, como mamíferos, no podemos seguir consumiendo leche después del destete. Lo cierto es que a muchas personas los lácteos no les sientan muy bien. Esto es así porque nuestro estómago no tiene la enzima precisa para digerirla y se “pegotea” en el revestimiento del intestino. Esto causa inflamación en el estómago, gases, empacho, acumulación de toxinas y de grasas.
Comer de forma desordenada
¿Qué quiere decir esto? Que no dejas pasar al menos dos horas entre cada ingesta, que “picas” a cada rato, que no puedes pasar una hora sin al menos mascar un chicle o comer una golosina, etc. Esto ocasiona que el estómago no tenga nunca descanso, tenga que funcionar todo el tiempo y cause molestias, indigestiones, mala absorción de nutrientes, dolores, etc.
Combinar mal los alimentos
Esto significa que no podemos comer cualquier alimento con otro, sino que existen ciertas combinaciones. Algunos nutricionistas indican que esto depende mucho de cada paciente, sin embargo, comer hidratos de carbono con proteínas en el mismo plato no es recomendable si tienes problemas estomacales. Para digerir los primeros, el estómago necesita un pH alcalino y para las segundas, un pH ácido. Los jugos gástricos tienen que hacer un trabajo muy forzoso, como si se dijera a un bombero que extinguiera y avivara un fuego al mismo tiempo, algo imposible. Lo mejor es que los consumas por separado, por ejemplo, uno en la cena y otro en el almuerzo.
No beber mucha agua
Seguro habrás leído en muchos sitios que es preciso consumir al menos dos litros de agua por día. Esto no es algo caprichoso. No beber esa cantidad hará que la digestión sea más pesada, que tengamos problemas para ir al baño (estreñimiento), etc. Evita igualmente beber más de un vaso de agua durante las comidas para no diluir el pH del estómago y dificultar los procesos digestivos.
Cocinar demasiado los alimentos
Algunos no se pueden comer crudos, ya lo sabemos, pero hay veces que nos pasamos un poco con la cocción. Esto es poco nutritivo y puede convertirse en perjudicial para tu estómago. Opta por comer más cantidad de alimentos crudos (frutas y vegetales), sea verano o invierno. Los zumos, batidos y licuados pueden ayudarte para saciar el hambre, alimentarte y evitar cocinar mucho la comida.
Comer mucha carne roja
Este alimento carece de una fibra esencial que permite la evacuación. Por ello, las personas que consumen demasiadas carnes rojas (de vaca, cerdo, etc.), tienen colitis, hemorroides, diverticulosis, estreñimiento, etc. Es necesario saber también que el estómago del ser humano tiene una forma oblonga con un intestino muy extenso que provoca que los alimentos se queden más tiempo antes de ser expulsados. Todo esto aumenta la cantidad de toxinas que luego no se eliminan con las heces, sino que se acumulan en el organismo. Si vas a comer carne, hazlo con una rica ensalada fresca con muchos vegetales y no repitas más de dos veces a la semana la ingesta.
Tips para cuidar tu estómago
Bebe infusiones digestivas con hierbas medicinales como manzanilla, anís o hierbabuena.
- Realiza actividad física para estimular el trabajo de los intestinos.
- Consume más cantidad de fibras como, por ejemplo, cereales integrales.
- Evita sustancias irritantes como alcohol, café y vinagre.
- Mastica despacio cada bocado y disfruta de la comida, no comas apurado ni de pie, come de pequeños trozos.
- Nunca comas cuando estás enojado, nervioso o ansioso.
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