CENTRO DE NATUROLOGÍA HOLÍSTICA
JUAN FRANCISCO BALLESTEROS
AZÚCAR, EL VENENO BLANCO
Claro que un poco de azúcar en el café de la mañana no hace daño a nadie. No causaría ningún problema si esa
cucharada no se repitiera demasiadas veces al día, conscientemente o sin darse cuenta. Eche sus propias cuentas.
El café de primera hora: dos cucharadas; una Coca-Cola para comer equivale a 10; el yogurt con frutas: 8; un
helado de chocolate: 19. Estos cuatro alimentos adicionales ya suman 39 cucharadas de azúcar. Algunos
organismos internacionales aconsejan que para una dieta de 2.300 calorías, lo ideal es ingerir 57 gramos. Son, más
o menos, 11 cucharadas. ¿Cuántas le sobran? Demasiadas, seguro. Tal vez lo que no sepa es dónde va ese azúcar
de más que circula por su cuerpo ni qué efectos le produce.
Dos de las reacciones del “consumidor” de azúcar son suficientes para clasificarla entre las sustancias adictivas: la
ingestión de una cantidad pequeña genera le deseo de más azúcar y la abstención total de azúcar produce mono.
Dicen los entendidos que el azúcar es uno de los peores venenos que existen en el mundo. Las investigaciones les
llenan de razón. Para digerir, purificar y eliminar el azúcar hace falta que el organismo utilice vitaminas y
minerales de sus reservas. “Y, al final, el exceso de azúcar afecta a cada órgano del cuerpo”, cuenta el doctor
Cidón Madrigal en su libro La dieta.
El azúcar extra que circula por el cuerpo se instala por primera vez en el hígado en forma de glucosa. Al ser un
consumo excesivo diario, cuando el hígado llega a su máxima capacidad se hincha como un globo y devuelve a la
sangre el exceso de glucosa en forma de ácidos grasos saturados, que se transportan a cada parte del cuerpo.
Primero, eligen las áreas más inactivas del cuerpo para almacenarse: las nalgas, los pechos y las caderas. Cuando ya
están llenas hasta la bandera, los ácidos grasos acampan entre los más activos, como el corazón y los riñones. “Es
entonces cuando la función de estos órganos se ralentiza, degenerando sus tejidos y volviéndolos grasos”. Al final,
todo el organismo queda afectado por una funcionalidad disminuida, produciendo una tensión sanguínea
anormal, entre otros muchos síntomas.
“Cuando comemos azúcar perdemos vitaminas del grupo B, calcio, fósforo, hierro y otros elementos nutritivos
que salen directamente de nuestras reservas”, cuenta el doctor Madrigal. Si algo es el azúcar, es un auténtico
ladrón de calcio. “La solución no consiste en beber más leche y tomar más calcio, sino en una correcta
alimentación desde jóvenes”. El azúcar causa la pérdida de importantes minerales, sobre todo de calcio, que es
automáticamente expulsado del organismo cuando irrumpe el azúcar. El organismo no tiene más remedio que
coger el calcio de los huesos, lo que contribuye a debilitarlos y degenerando en una osteoporosis. Las mismas
caries que se producen en los dientes se van produciendo en los huesos. No se ven, pero se sienten de mayores.
Aumenta el colesterol y los triglicéridos, al mismo tiempo que aumenta el peso. Día a día, se acumulan “todas las
papeletas para ser uno más de las miles de personas que padecen enfermedades cardiovasculares en nuestra
sociedad”.
Se sabe que el azúcar paraliza el sistema inmunológico y que es culpable de desequilibrar la glucemia, con sus
repercusiones psicofísicas: el azúcar blanco, absorbido muy rápidamente por el intestino delgado, causa una veloz
e intensa elevación del azúcar en sangre (hiperglucemia) que conduce a un estado de excitación física y psíquica.
También incrementa el riesgo de desarrollar cáncer. Las células segregan productos de desecho llamados radicales
libres. Las enzimas neutralizan los efectos negativos de los radicales libres, pero las enzimas necesitan un balance
adecuado de minerales para ser efectivas. Cuando el azúcar reduce los minerales del cuerpo, las enzimas dejan de
ser tan efectivas, incrementando la presencia de radicales libres que pueden reducir la disponibilidad de oxígeno,
lo que podría provocar mutaciones celulares cancerígenas.
Hiperinsulismo, diabetes, úlceras estomacales, enfermedades hepáticas, obesidad, indigestión, dermatitis
seborreica, falta de concentración, ansiedad, trastornos psicológicos e incluso comportamientos delictivos
violentos son otras consecuencias que podría tener el azúcar de más en el cuerpo.
La doctora Mónica Name ha comprobado que en el último decenio el consumo de helados se ha visto aumentado
en un 852% y el de bebidas azucaradas hasta en un 2.638%. Más o menos, un niño de 12 años que ingiera dulces
habitualmente habrá consumido a su temprana edad tanta cantidad de azúcar como la que haya podido tomar su
abuelo en toda su vida.
Se necesita que transcurran de 20 a 30 años para poder percibir los efectos perniciosos que una mala dieta haya
podido causar al organismo. Los expertos no dicen que se tenga que erradicar totalmente el azúcar de la dieta,
pero sí recomiendan sustituirla por verdadera azúcar integral -siempre que se pueda- y tomarla en porciones muy
pequeñas, casi imperceptibles y mezcladas con algún alimento. Una tarea realmente difícil. Hay que saber qué,
cómo, cuándo y en qué cantidad se come. Con el paso de los años, su organismo se lo agradecerá. Haga la prueba.
Buscar la fuente en Internet, hay muchas referencias a este artículo
http://www.naturologiaholistica.com/juan-fco-ballesteros
Centro especializado en Estetica (más de 20 años), ofrecemos tratamientos corporales y faciales (las últimas novedades). En terapias naturales: Kinesiologia Holistica, Metamórfico, Reflexologia Podal, EFT (Técnica de Liberación Emocional) NOVEDAD PARA EL DOLOR: ACUPUNTURA SIN AGUJAS (fascias, contracturas, problemas intestinales, dejar de fumar, sistema nervioso, etc) Quiromasaje, Dietetica y Nutrición (pierda peso y recobre salud), Par Biomagnético. Teléfono: 913312913
No hay comentarios:
Publicar un comentario