El metabolismo es el proceso que realiza nuestro organismo para transformar los alimentos que consumimos en energía.
El metabolismo determina el gasto energético que realizamos, y está relacionado con la temperatura corporal, la respiración, la circulación, etc. Es, por lo tanto, imprescindible que nuestro metabolismo funcione de manera correcta: ni demasiado rápido ni demasiado lento.
La lentitud de nuestro metabolismo puede ser leve o bien más grave. En estos casos suele estar causada por algún trastorno como, por ejemplo, el hipotiroidismo o la resistencia a la insulina.
En todo caso, es frecuente que esté relacionada con desequilibrios hormonales.
Debemos tener en cuenta que comer poca cantidad o pocas calorías también ralentiza el metabolismo como mecanismo de supervivencia.
Por lo tanto, no recomendamos las dietas hipocalóricas para perder peso. Lo ideal es aumentar el consumo de proteínas y grasas saludables y reducir los carbohidratos, sobre todo los refinados.
¿Cómo sabemos si tenemos el metabolismo lento?
Algunos síntomas nos pueden confirmar que nuestro metabolismo es demasiado lento incluyen:
- Engordamos con facilidad.
- Nos cuesta perder peso a pesar de hacer dieta.
- Tenemos tendencia a acumular grasa en la zona de la cintura.
- Somos personas frioleras.
- Nos sentimos cansados a menudo.
- Nos cuesta levantarnos por las mañanas.
- Nuestras digestiones son lentas o pesadas.
- Tenemos tendencia al estreñimiento.
Si estamos tomando algunos medicamentos (como, por ejemplo, anticonceptivos), debemos tener en cuenta que pueden ralentizar el metabolismo.
Otros consejos
Para activar el metabolismo podemos seguir también estos consejos:
- Dormir el tiempo necesario y asegurarnos de que el descanso sea reparador.
- Beber agua a lo largo del día, en ayunas y fuera de las comidas.
- Hacer ejercicio de intensidad de manera habitual. La masa muscular acelera el metabolismo. Recomendamos practicar el deporte por intervalos.
- Hacer cinco comidas al día y no saltarnos ninguna, en especial el desayuno. Las cenas deben ser siempre ligeras y no demasiado tarde.
- Incorporar a nuestra dieta las especias picantes (pimienta de cayena, jengibre, etc.), el té verde o el ginseng.
- Ducharnos con agua fría o a temperaturas alternas.
- Combatir el sedentarismo y evitar estar demasiado rato sentados sin levantarnos.
- Evitar las dietas milagrosas y llevar una dieta equilibrada y saludable.
Información sacada de mejor es salud.com
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