Elaborar estas magdalenas de avena es una alternativa sana y deliciosa si tenemos algún tipo de intolerancia o bien si queremos cuidar nuestra salud y evitar los químicos añadidos
Te proponemos una receta original, nutritiva y muy digestiva. Unas magdalenas caseras elaboradas con avena, un cereal excelente para el sistema digestivo y para bajar de peso.
Descubre en este artículo la receta de estas deliciosas y sencillas magdalenas de avena, que no contienen ni gluten ni lactosa.
Beneficios de la avena
La avena es uno de los mejores cereales que podemos incluir en nuestra dieta, ya que aporta los siguientes beneficios para nuestra salud:
- Es una buena fuente de vitaminas, minerales y aminoácidos, por lo que proporciona una gran energía y vitalidad.
- Equilibra el sistema nervioso y calma estados de estrés, nerviosismo y ansiedad.
- Mejora los problemas digestivos.
- Favorece el tránsito intestinal.
- Es rica en fibra soluble e insoluble y resulta un alimento muy saciante.
- Regula los niveles de glucosa en sangre y previene la ansiedad por comer dulce.
- Tiene propiedades diuréticas que nos ayudan a combatir la retención de líquidos y la hinchazón.
- Reduce los niveles altos de colesterol.
- Su contenido en vitaminas B y E y minerales como el zinc repercute en el buen estado de la piel, el cabello y las uñas.
Algunas personas pueden sentir acidez u otras molestias estomacales al consumir la avena cruda. En esos casos es mejor tomarla cocinada u horneada en forma de harina.
Mejor sin gluten ni lactosa
Muchos celíacos no pueden consumir avena porque, aunque de manera natural no contiene gluten, al ser procesado en los mismos lugares que el trigo se contamina y puede contener pequeñas cantidades de este cereal.
Por eso, si queremos que esta receta sea 100 % libre de gluten deberemos elegir avena cuya etiqueta lo especifique.
Cada vez más personas presentan diferentes grados de intolerancia al gluten y a la lactosa, como consecuencia de la adulteración y la mala calidad de los alimentos y también de la mala salud de nuestro intestino.
Por este motivo proponemos recetas más digestivas y ligeras y que sean aptas para toda la familia.
Magdalenas de avena
Ingredientes
- 1 vaso de bebida vegetal (coco, avena, arroz, almendra) (200 ml)
- 3 tazas de avena molida (300 g)
- 1 taza de harina de arroz (100 g)
- 1 taza de azúcar integral de caña (200 g)
- ½ taza de aceite de coco o de girasol (110 g)
- 2 huevos
- El jugo de ½ limón
- Esencia de vainilla o canela
- Levadura de repostería
Si nos gusta la receta podemos probar con otros sabores como naranja confitada, chispas de chocolate, coco rallado, cacao, etc.
¿Qué debes hacer?
- En primer lugar, encenderemos el horno para precalentarlo a 200 ºC.
- Batiremos los dos huevos, en una batidora o de manera manual. Es muy importante hacer este paso con intensidad para que las magdalenas queden esponjosas.
- Añadiremos el aceite, el jugo de limón, la bebida vegetal y el azúcar, y seguiremos batiendo. También añadiremos las especias o condimentos elegidos (vainilla, canela…).
- A continuación, en un bol aparte, mezclaremos la harina de avena con la harina de arroz.
- Incorporaremos poco a poco las harinas a la mezcla líquida y seguiremos batiendo.
- Por último añadiremos la levadura, batiremos un minuto más, y ya tendremos la masa lista.
- En este punto debemos introducir la masa a la nevera durante media hora, lo cual también nos ayudará a que las magdalenas suban más y queden tiernas.
- Rellenaremos dos tercios de cada molde. Podemos espolvorear un poco de azúcar por encima para que queden más crujientes.
- Introduciremos los moldes al horno y hornearemos durante 15 o 20 minutos a 180 ºC.
- Comprobaremos que la masa de dentro esté ya bien cocida antes de apagar el horno y dejarlas enfriar.
¿Magdalenas sin azúcar?
Aunque en esta receta hemos usado azúcar de caña integral, que es mucho más saludable que el azúcar blanco, también podemos probar a endulzarlas con miel de abeja, miel de caña, sirope de agave, de arce o melazas de cereales.
También tenemos un edulcorante natural que es la estevia, pero debe ser la que está purificada, de color transparente, y con el mínimo sabor posible.
Para empezar a usarla podemos combinarla con el azúcar, e ir aumentando la cantidad en las próximas recetas si nos gusta el sabor. De este modo nuestras magdalenas serán todavía más sanas y ligeras.
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