jueves, 16 de noviembre de 2017

Reflexión: La Mariposa


Un niño que paseaba por el bosque encontró un capullo de una mariposa adherida en la rama de un árbol y lleno de curiosidad la arrancó y se la llevó a su casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.
Un día vió que había un pequeño orificio, estuvo observándolo por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo y poder salir.
El niño vió que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, donde aparentemente no progresaba en su intento.
Parecía que se había atascado y el niño en su inocencia y bondad decidió ayudar a la mariposa, y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo, el niño estaba lleno de alegría al ver la escena; sin embargo al salir del capullo se percató que se movía con movimientos torpes y vacilantes, tenía su cuerpo muy hinchado y las alas pequeñas y dobladas.
Con gran espectación el niño continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, y así emprender el vuelo.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas.
Nunca pudo llegar a volar y está murió irremediablemente. Lo que el niño en su bondad y apuro no entendió, fué que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluídos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas para que éstas se desarrolláran y estuviesen grandes y fuerte y así pudiese volar.
La libertad y el volar solamente podían llegar mediante su fuerza de voluntad y su incansable determinación. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fué privada su vida.
Algunas veces las batallas y los obstáculos son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestra vida sin obstáculos, o si siempre dependiéramos de alguien para ayudarnos a salir de los problemas todo el tiempo, nos convertiríamos en inválidos.
No lograríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido, para poder volar en la plena libertad de nuestros sentidos.
Cuánta verdad hay en esta historia! Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de las dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser aparentemente libres, ante una vida fácil, terminaríamos arrastrándonos como una oruga que no llegó a ser mariposa ante una existencia vacía, aniquilando con ello el lograr trascender, sin experimentar lo que es la verdadera libertad de volar hacia nuestros ahnelos.
Cada uno de nosotros tenemos un tiempo para lograr nuestros propósitos, primero debemos madurar para poder emerger del capullo en el momento justo, desarrollando un espíritu férreo ante la adversidad de las circunstancias de la vida, logrando una alas fuertes y resistentes que nos dote de destreza para emprender el vuelo hacia la libertad interior, y tener así la claridad de pensamiento para tomar las decisiones más acertadas, que nos oriente hacia el camino correcto, para lograr nuestros propósitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario