¿QUÉ SON LOS PROBIÓTICOS?
El termino probiótico deriva del latín “Pro” que significa “Para” y del griego “Bios” que significa “Vida”. De acuerdo con la definición dada por el organismo competente de la Unión Europea (ILSI, International Life Science Institute, Bruselas 1998) los PROBIÓTICOS son: ”Microorganismos vivos que cuando son ingeridos en cantidades suficientes, tienen efectos beneficiosos sobre la salud”, lo que va más allá de los efectos nutricionales convencionales. Afectan beneficiosamente a una o varias funciones del organismo. Proporcionan un mejor estado de salud y bienestar y/o reducen el riesgo de enfermedad. Los microorganismos beneficiosos, tales como las bacterias Lactobacillus acidophilus y Bifidobacterium bifidum, se llaman probióticos.
EFECTOS PARA LA SALUD
Uno de los beneficios de los alimentos probióticos es la mejora del balance de la flora intestinal, donde se encuentra la mayoría de las defensas del cuerpo, lo que ayuda a mejorar los síntomas y los problemas como la astenia, los problemas con las defensas y los periodos de lactancia, así como a reforzar el sistema inmunológico. Los alimentos denominados probióticos son cultivos simples o mezclados de estos microorganismos: las bacterias probióticas, las cuales al ser consumidas, sobreviven al paso por el tracto gastrointestinal y se implantan en el colon o intestino delgado y afectan favorablemente al huésped en términos de mejora de salud. Los lácteos probióticos afectan menos a las personas con intolerancia a la lactosa. El consumo reiterado de probióticos en cantidades relativamente abundantes, tiene un efecto terapéutico contra la bacteria Helicobacter pylori. El consumo regular de bacterias probióticas puede restaurar la resistencia natural del cuerpo a los microorganismos internos dañinos, reducir el mal aliento, reducir los gases (flatulencia) y ayudar a reducir el colesterol promoviendo la absorción normal de grasas dietéticas. Las bacterias probióticas alteran favorablemente el equilibrio de la microflora intestinal, inhiben el crecimiento de bacterias dañinas, promueven la buena digestión, refuerzan la función inmune y aumentan la resistencia a las infecciones.
PROBIÓTICOS: UNA HISTORIA QUE SE REMONTA A MILES DE AÑOS.
La utilidad de los probióticos se remonta a miles de años. De hecho, la habilidad de las bacterias beneficiosas para transformar la leche en productos de mayor atractivo dietético fue grabado hace 6.000 años atrás en tablas sumerias describiendo la fabricación del queso. A lo largo de la historia, la comida se ha usado como medicamento y nutrición.
En 1905, el científico ruso Elie Metchnikoff, (Premio Nóbel en Medicina por su investigación sobre el sistema inmunitario) que trabajaba en el Instituto Pasteur (París), observó que Bulgaria tenía un número increíble de personas que vivían más de 100 años. Este país balcánico no era uno de los países avanzados de Europa y simplemente había surgido de ser una región mal administrada del Imperio Turco.
Intuyendo que la medicina moderna no era motivo de la longevidad avanzada, encontró que los búlgaros se alimentaban de grandes cantidades de verduras cultivadas en forma casera y de mucho yogur. Las verduras no parecían ser un factor probable de longevidad, así que se inclinó por el yogur.
Louis Pasteur había descubierto el mecanismo que producía la fermentación láctica y estableció que una manera de impedir la fermentación láctica se logra mediante el calentamiento de la leche lo suficiente para matar las bacterias que producían el fermento. Dicho proceso que impide el deterioro de la leche y consecuentemente promueve el cuidado de la salud se conoce como PASTEURIZACIÓN.
El trabajo de Metchnikoff fue la primera prueba de la habilidad del lactobacilo de transformar la lactosa en el ácido láctico, y que dicha acidez mantendría un ambiente hostil para las bacterias patógenas. Esta teoría demostró ser correcta y muchos organismos generadores de enfermedades peligrosos no se desarrollan o mueren en leche que contiene el lactobacilo. Metchnikoff se volvió un firme defensor del concepto de que la dieta puede proteger el cuerpo de la invasión de patógenos y en consecuencia mejorar y prolongar la calidad de vida. Fue la primera persona en desarrollar un preparado terapéutico utilizando el lactobacilo en forma de cápsulas para ingerir oralmente denominado Lactobacillin.
NUESTRO MUNDO INTERIOR
Para entender por qué losprobióticos son beneficiosos, es importante conocer lo que está sucediendo en nuestro cuerpo. La mayoría de las personas desconocen que convivimos con 400 especies distintas de microorganismos en nuestro tracto intestinal. La comida y el agua consumidas diariamente contienen grandes cantidades de estos microorganismos insanos cuya mayoría se excreta con la materia fecal.
El estómago, debido a una barrera ácida formidable que minimiza su supervivencia, contiene pequeñas cantidades de estos microorganismos; sin embargo, como la comida viaja a través del tracto intestinal, el número y las variedades de los microorganismos se incrementa. El intestino grueso, que incluye el colon, aloja el surtido más variado y el mayor número de estos microorganismos. Su capacidad de sobrevivir a través del tracto gastrointestinal a pesar de la acidez gástrica y la toxicidad de la bilis es fundamental para poder ofrecer cualquier beneficio biológico a nuestro cuerpo.
Estas bacterias “beneficiosas” están presentes en la piel, la boca, el sistema digestivo y la mucosa vaginal, donde realizan numerosas e indispensables funciones para proteger a nuestros órganos contra las bacterias patógenas. Cuando las bacterias beneficiosas transforman lactosa en ácido láctico, éste funciona como un antiséptico del sistema digestivo y a su vez facilita la absorción del calcio y fósforo contenido en la leche. El aumento de la población bacteriana incrementa la producción de vitamina B6 potenciando y fortaleciendo el sistema inmunológico. Al mismo tiempo, minimizan la proliferación de agentes patógenos peligrosos responsables de graves enfermedades compitiendo por alojamiento o espacio físico en las paredes intestinales. Los microorganismos “no amigables” existen en muchas variedades: hostiles (causantes directos de enfermedades) o encubiertos (beneficiosos o neutrales bajo ciertas condiciones pero capaces de ponerse hostiles extendiéndose y creciendo de forma descontrolada). Los microorganismos encubiertos pueden proliferar creando una infección o acelerar una enfermedad en combinación con los microorganismos hostiles.
NO HAY MOMENTO EN EL AÑO EN EL QUE NUESTRO SISTEMA INMUNE SE TOME UNAS VACACIONES. PERO LA LLEGADA DEL OTOÑO Y LA TEMPORADA DE VUELTA AL COLEGIO HACEN QUE EL SISTEMA INMUNE SEA LA PRINCIPAL PREOCUPACIÓN.
- ¿Sabes si tu sistema inmune podría estar perdiendo bacterias beneficiosas?
LOS PROBIÓTICOS SON EL SISTEMA PRO-INMUNE
Normalmente pensamos que el sistema digestivo es una “cosa interna”. Pero estructuralmente no es realmente el caso. Este es básicamente un tubo que recorre el cuerpo y actúa como una barrera del mismo modo que nuestra piel. Más allá de su deber como modo de absorción de nutrientes, el sistema digestivo sirve como un tipo de “protector inmune”. En la arte superior del tracto digestivo, los glóbulos blancos residen bajo las amígdalas.
Probióticos: la bacteria buena que podrías perder
Los Probióticos como “buenas bacterias” ayudan a reforzar nuestro sistema digestivo natural para mantenernos sanos. Más allá de su habilidad para aliviar los problemas de gases, hinchazón o digestiones pesadas, ayudan a mantener la producción de glóbulos blancos, a mantener en orden la barrera celular de nuestro sistema digestivo y a dirigir las bacterias saludables. El 70% de nuestro sistema inmune se encuentra en el tracto digestivo. En gran medida, la salud de nuestro sistema inmune comienza realmente con una digestión sana, junto con la asimilación de las vitaminas, minerales y otros nutrientes de los alimentos que tomamos.
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