Recientemente
un estudio científico descubrió que nuestros hábitos
alimenticios están relacionados con nuestro cerebro y repercuten
en nuestra memoria, y aportó información sobre como
prevenirlo.
Generalmente consideramos a la grasa como el mayor enemigo de una vida saludable, sin embargo este estudio descubrió que algunos tipos de grasas pueden incidir en el estado de nuestra memoria.
Generalmente consideramos a la grasa como el mayor enemigo de una vida saludable, sin embargo este estudio descubrió que algunos tipos de grasas pueden incidir en el estado de nuestra memoria.
Los ácidos grasos no saturados (poli y monoinsaturados)
pueden ayudar a activar las enzimas que trabajan con las células
nerviosas implicadas en la memoria.
Anteriormente había sido demostrado que las dietas con
mucho colesterol (poseen grasa saturada), aumentan la presencia
de proteínas amiloideas, una característica distintiva
del Alzheimer.
La clave entonces estaría en consumir grasas sanas (poli y monisaturadas) y evitar aquellas que sean perjudiciales. Hecho que a su vez nos protegería contra las enfermedades cardíacas.
El estudio consistió en la evaluación de los hábitos alimenticios de 825 personas, aquellas personas que llevaban dietas con alto consumo de grasas saturadas, demostraron ser más proclives a sufrir de Alzheimer.
La clave entonces estaría en consumir grasas sanas (poli y monisaturadas) y evitar aquellas que sean perjudiciales. Hecho que a su vez nos protegería contra las enfermedades cardíacas.
El estudio consistió en la evaluación de los hábitos alimenticios de 825 personas, aquellas personas que llevaban dietas con alto consumo de grasas saturadas, demostraron ser más proclives a sufrir de Alzheimer.
Por el contrario, aquellas personas que habían consumido
grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, es decir las denominadas
grasas “sanas”, experimentaron una disminución
en el riesgo de sufrir de Alzheimer.
1.
Edad avanzada. Como en el caso de otros órganos, el cerebro
sufre las consecuencias del paso del tiempo y aparecen cambios
que influyen de forma decisiva en la funcionalidad del mismo.
2. Enfermedad vascular cerebral. Todos sabemos que el cerebro
necesita un buen riego sanguíneo así como oxígeno
para mantener su actividad y capacidad. Los pacientes con este
tipo de alteraciones pierden capacidad de concentración
y memoria.
3. Hipotiroidismo. La alteración de las hormonas tiroideas
está asociada a una pérdida progresiva de las funciones
intelectuales superiores.
4. Infecciones. Existen agentes infecciosos del sistema nervioso
que pueden dañar -en ocasiones de forma irreversible- esas
capacidades.
5. Consumo de drogas y alcohol. El uso prolongado de estas sustancias
está directamente relacionado con la pérdida lenta
y progresiva de la memoria y las dificultades para la concentración.
Como
es sabido se pueden dar diferentes grados de pérdida de
memoria, pudiendo aparecer una pérdida selectiva de la
memoria reciente y otras que tienen una pérdida de la memoria
remota. Cuando una persona no puede recordar lo que sucedió
el día anterior o unas horas antes se habla de un episodio
de amnesia, que es una pérdida de memoria inmediata y suele
ser un hecho transitorio y temporal. Un ejemplo frecuente es la
amnesia que se da en los casos de accidentes de tráfico.
Empero, hay otros casos en los que el individuo comienza a notar
una pérdida de memoria de situaciones recientes y, sin
embargo, es capaz de recordar hechos acaecidos hace muchos años.
Esta pérdida de memoria y el recuerdo de hechos muy lejanos
en el tiempo es muy frecuente en las personas de avanzada edad.
- Consuma pescados azules, ricos en ácidos grasos esenciales de la serie omega-3. Estos ácidos grasos forman parte de las membranas de las neuronas. Existen diversos estudios que concluyen que existe una relación directa entre el buen estado de nuestra capacidad mental y elevados niveles sanguíneos de este tipo de grasas
- Tenga en cuenta que el aceite de oliva virgen y el ajo crudo ayudan también a evitar los fallos de memoria.
- Tome habitualmente lecitina de soja. Se trata de un fosfolípido integrante de las membranas de las neuronas.
- Siga una dieta variada y rica en alimentos que contengan vitaminas del grupo B como cereales integrales, legumbres y frutos secos. Estas vitaminas son fundamentales para las funciones cerebrales. De hecho, varios estudios demuestran que incluso en forma de suplementos pueden ayudar mejorar nuestras funciones mentales.
- Reduzca o evite el tabaco, alcohol y las bebidas estimulantes.
- Evite el consumo excesivo de azúcar blanco y de aditivos como los colorantes ya que afectan al sistema nervioso y pueden alterar el comportamiento. Su excesivo uso está relacionado en el caso de los niños con la hiperactividad.
- Evite las hipoglucemias. Para ello deberá hacer cinco comidas diarias en horarios regulares y nunca comenzar las tareas diarias -trabajo, estudio, etc.- sin haber desayunado.
- Duerma el tiempo suficiente. Recuerde que las horas de sueño perdidas no son recuperables.
- Practique ejercicio o deportes suaves.
- Evite el consumo de "comida basura".
- Procure seguir una dieta rica en antioxidantes. Los más importantes son el betacaroteno (provitamina A) y las vitaminas B3, B6, B8, B12, C y E así como la Glutation Peroxidasa; lista a la que hay que añadir minerales como el cromo, el zinc y el selenio, el calcio y el magnesio.
En cuanto a los productos vegetales con acciones antioxidantes,
destacan el ajo, el alga spirulina, la soja, el germen de trigo,
el té, el vino (especialmente el tinto), el pescado, algunas
verduras (brécol, col, zanahorias, cebollas, espinacas
y tomates) y ciertas frutas (uvas, cítricos -naranja, limón
y pomelo-, ciruelas, fresas, frambuesas, grosellas y arándanos)
¿Avena: además de contener avenina -un alcaloide
relajante- posee vitamina B1 cuya carencia produce irritabilidad.
Es una excelente sustancia para combatir la fatiga intelectual.
Almendra: es un fruto con una proporción de minerales muy
adecuada para el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
Nuez: está demostrada su eficacia para mejorar el rendimiento
intelectual debido a su alto contenido en fósforo.
Germen de trigo: por su contenido en vitaminas del grupo B es
un alimento indispensable para la memoria.
ALIMENTOS
PERJUDICIALES
Azúcares blancos: producen excesiva hiperactividad y nerviosismo.
Grasa saturada: estas grasas y los ácidos grasos "trans"
son responsables de muchas alteraciones en la salud vascular cerebral.
Alcohol: produce un grave deterioro del sistema nervioso, pérdida
de concentración e inestabilidad emocional. Rompe las conexiones
neuronales al igual que la anestesia química.
Proteínas: una ingesta excesiva de proteínas -especialmente
de carne roja y queso curado- reduce la producción de triptófano
y serotonina lo que ocasiona un elevado grado de excitación
en el sistema nervioso.
Fosfatidilserina: es uno de los nutrientes cerebrales
mas efectivos. Su función es maximizar la transmisión
nerviosa entre las células cerebrales. Podemos darnos cuenta
de su importancia si tenemos en cuenta que nuestro cerebro está
flotando en ácidos grasos esenciales y fosfolípidos,
uno de los cuales es la fosfatidilserina. Aproximadamente el 60%
de nuestro tejido cerebral es grasa y si no tiene suficiente a
su alcance el cerebro es incapaz de trabajar adecuadamente. Sin
grasas el cerebro no puede producir ni transmitir impulsos eléctricos.
Actúa además como un detergente biológico
para nuestro cerebro, proporcionando flexibilidad a las membranas
celulares y a las neuronas. También puede incrementar el
número de receptores en las células cerebrales proporcionando
más puntos de acoplamiento y circuitos para la comunicación
neurológica.
Se ha demostrado que en los adultos jóvenes aumenta significativamente
las capacidades mentales. Es también efectiva para mejorar
la pérdida de memoria en las personas mayores.
Complejo vitamínico B: además de
ser un nutriente indispensable para el sistema nervioso, la deficiencia
de este complejo está asociada con la ansiedad y los trastornos
nerviosos, lo que disminuye la concentración y la memoria.
Además, la deficiencia de B12 está asociada con
la pérdida de memoria.
Acetil L-Carnitina: proporciona agilidad mental,
mejora el estado de ánimo, frena el envejecimiento de las
células cerebrales, favorece el flujo sanguíneo
del cerebro y aumenta el metabolismo en los centros nerviosos.
Fosfatidilcolina: es un protector específico
del sistema nervioso y también la principal fuente de colina,
la cual es a su vez esencial para la formación de acetilcolina,
uno de nuestros neurotransmisores más importantes.
L-Glutamina: es utilizada por el cerebro como
fuente de energía. Además es el gran equilibrador
natural de la excitación y se encuentra presente como elemento
fundamental en varios neurotranmisores.
Vitamina B1: se ha demostrado que dosis altas
de esta vitamina pueden permitir a personas con discapacidad mental
concentrarse más y hacer un mejor uso de sus capacidades
mentales.
Recomendados:
- Alga Spirulina (fuente de vitamina B)
- Aceite de Onagra
- Aceite de Chía
- Ginkgo biloba
- Borojo (fósforo natural)
- Infusiones de Romero, Naranjo amargo, anís verde entre otros.
El
cerebro es un órgano que necesita actividad para
ofrecer un rendimiento adecuado a sus posibilidades. Si
no se ejercita, disminuye su capacidad para pensar y recordar.
Según
los expertos, el 80% de la memoria de las cosas lejanas
es guardada de una forma visual, más que en palabras.
Por ejemplo, si pierde las llaves del coche, piense en
su propia imagen cerrando el coche y luego vea qué
hizo a continuación.Haga crucigramas, memorice la lista de la compra, recuerde detalles de una película o un libro, o lo que ha desayunado o qué ropa llevaba, etc. http://www.alimentacion-sana.com.ar/Portal%20nuevo/actualizaciones/alimemoria.htm |
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