En los últimos tiempos se han desarrollado
técnicas basadas en la capacidad que tiene nuestro cuerpo de
informarnos de su estado de salud, de sus desequilibrios y de las
causas que los originan, al igual que las terapias indicadas para su
recuperación. Quién más indicado para dirigirnos hacia la salud que el
propio organismo, superviviente de 4.600 millones de años, integrador de
toda la biología conocida y desconocida, conocedor de todas sus
capacidades para reponer su homeostasis holística.
A través de reacciones neuroestructurales, el
cuerpo puede dirigirnos de forma exacta a los orígenes de nuestras
enfermedades. Cuando sometemos al organismo a un estrés, si no puede
adaptarse por tener bloqueados algunos de los sistemas de adaptación, se
hiperactiva un neurotransmisor, una glucoproteína P, y uno de los
síntomas de su hiperactividad es la hipotonía de las cadenas musculares
del lado dominante del paciente. A este reflejo se le ha llamado A.R.
(Arm Rejlex). Por ejemplo, si pongo en contacto al organismo de una
persona que padece alergia con una ampollita de cristal conteniendo
histamina 3ODH, una gran cantidad de iones de histamina serán captados
por los receptores simpáticos en la piel, estos serán conducidos a la
médula y al sistema nervioso central. Ante esta información, el cuerpo
entenderá que va a haber una subida de histamina y se activará la
glucoproteína «P», en actitud de defensa de la Barrera Hemato Encefálica
(BHE), encontrándonos con el A.R.
Esto es un ejemplo de estímulo por información,
que nos abre un campo enorme de posibilidades. Así encontraremos
infinidad de ampollitas y diferentes testajes en la consulta de un
kinesiólogo, con las que puede testar desde la actividad inmunitaria, el
funcionamiento de los diferentes órganos, hasta la capacidad de
desintoxicación celular del organismo, pasando por un sinfin de
protocolos donde encontrará las causas que producen los desequilibrios.
Igualmente podemos hacer un test de provocación; por ejemplo, si un
paciente llega a la consulta con un dolor de ciática, podemos forzar
suavemente la postura dolorosa, y en consecuencia obtendremos el reflejo
A.R.
Seguidamente, podremos testar para encontrar la
causa prioritaria del dolor, ya esté en el nivel químico (un problema
renal, de intestino, etc.), o en el nivel emocional o estructural,
consiguiendo eliminar las causas, el organismo utiliza sus caminos
biológicos para su recuperación. El efecto visual es un acortamiento en
la longitud de los brazos. Esto es debido a una hipotonía o disminución
del tono de las cadenas musculares del lado dominante del paciente. Es
decir, si es diestro, será su brazo derecho el que aparecerá más largo,
debido a la debilidad de sus cadenas musculares de ese lado (hipotonía).
Ante esta capacidad de diálogo con el cuerpo
hemos desarrollado diferentes protocolos para ordenar de forma biológica
toda la información que el organismo nos puede dar.
En primer lugar, aplicamos un protocolo básico,
donde nos aseguramos que toda la información de la que vamos a disponer
sea real, que no nos encontraremos informaciones viciadas o confusas.
Es un protocolo que ordena los diferentes planos del organismo: el
energético, el sutil, el estructural, el emocional y el químico.
Organiza la respuesta de cada uno de ellos y su relación, eliminando
lesiones y problemas del sistema cráneo-sacro, alergias, intoxicaciones,
traumas emocionales profundos que afectan a la circulación energética
del cuerpo, a sus cuerpos sutiles, a los chakras, etc. Localizar y
tratar los focos que desorganizan la actividad orgánica. En definitiva,
es un protocolo que organiza todos los sistemas de información del
cuerpo, de manera que nos aseguramos de la veracidad de los testajes
posteriores.
Una vez organizado, los canales de información y
con la seguridad de que el organismo del paciente va a entender y
responder correctamente a los testajes que le hagamos, pasamos a
protocolos específicos a cada nivel. Los testajes siempre van
protocolizados, desde grandes sistemas que controlan la actividad
general, hasta testajes puntuales que nos dan información de problemas
muy localizados.
Por ejemplo, al testar la estructura,
comprobaremos en primer lugar el estado de los sistemas de
propiocepción (sistema vestibular, ATM) que controlan el equilibrio y la
postura del individuo, ya que ante un problema en uno de estos
sistemas habrá lesiones en la estabilidad y en el control del movimiento
del cuerpo. Esto provocará diferentes adaptaciones dolorosas, que sin
un tratamiento adecuado sobre la propiocepción nunca serían corregibles,
sólo conseguiríamos que cambiaran de lugar, cambiando los síntomas pero
nunca se erradicarían. Además de estos testajes generalizados, pasamos
a otros más localizados, encontrando y tratando problemas que puedan
causar lesiones a distancia, por ejemplo, esguinces que pueden provocar
lumbalgias, ciáticas, vértigos, etc. Lesiones viscerales como por
ejemplo el riñón, que puede lesionar el psoas y provocaría a su vez
lesiones lumbares, de rodillas, tobillos y dolores dorso-cervicales.
Y terminaríamos con la corrección de trastornos
muy locales, para resolver (recomponer) las lesiones causadas por las
adaptaciones como distensión funcional de ligamentos, lesiones en la
columna vertebral, en la dura-madre, cintura pélvica, etc. También se
considerarán otras causas que pueden afectar a nuestra dinámica motriz
como: papilomas en los pies, uñeros, dedo gatillo, tipo de asiento del
coche, llevar una gruesa cartera en el bolsillo posterior del
pantalón... de posibles causas de lesiones.
Del mismo modo trataremos los niveles químicos y
emocionales, algún catarro mal curado, problemas digestivos
encubiertos, problemas de eliminación de toxinas endógenas y/o exógenas.
Emociones no superadas, somatizadas, creencias, comportamientos que
nos llevan a tener síntomas en cualquiera de los otros niveles. Una
lesión estructural puede cambiar nuestra actividad química o emocional,
al igual que un desequilibrio químico nos puede llevar a tener problemas
estructurales y emocionales. Los tres niveles son interdependientes, se
influyen, se compensan, se apoyan. El factor común de los tres es el
sistema inmunitario, él los controla y los relaciona, al igual que lo
hace el sistema energético. Todos los protocolos diseñados en
Kinesiología nos llevan a la utilización de técnicas naturales para la
resolución de las causas encontradas y origen de los problemas de salud.
Juan Francisco Ballesteros Duarte
Publicado en la revista NATURAL
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