Colesterol y Estrés
El estrés es otra de las causas que generan colesterol alto, ya que produce
una liberación de las llamadas catecolaminas y esto hace que se acumulen mayor
cantidad de lípidos en las arterias.
Tanto las presiones internas como las externas, en el trabajo o la vida en
general, pueden conducir a una persona hacia la hipertensión arterial, altos
niveles de grasas y colesterol sanguíneo que pueden generar el infarto de
miocardio.
También el trabajo constante y un desequilibrio orgánico como consecuencia de
la falta de descanso apropiado, un clima de tensión permanente, exigencias
extremas, competitividad de alto grado, puede producir efectos graves en el
organismo.
Una prueba realizada con estudiantes demostró que pocos días antes de un examen
sus niveles de colesterol en sangre se incrementaron de forma notoria en
comparación con el de una pocas semanas antes.
Además trabajar de manera excesiva, otros factores como el social e incluso la
misma personalidad del individuo pueden hacer que los noveles de colesterol se
encuentren altos, significando que muchas personas tienen mayor predisposición
a padecer los problemas que trae aparejado el colesterol alto.
Existen otros factores además de los determinados por la personalidad del
individuo y su modo de vida que pueden ser condicionantes para sufrir de
colesterol alto como por ejemplo:
- Personas que se mudan a
vivir a grandes ciudades.
- La extrema competitividad
laboral.
- Los problemas económicos
- Problemas de pareja
- La muerte de un ser querido
- Personas que trabajan más
de 60 hora por semana
- Ocupar cargos de mucha
responsabilidad
- Mujeres que trabajan fuera
de casa
- La práctica desmedida de
deportes
- Fobias y obsesiones
- Excesivo deseo de
superación
- Ser varón
Muchas cuestiones deben tenerse en cuenta para
que los niveles de colesterol se mantengan en un nivel deseable. Por ello, el
realizar ciertos cambios y ajuste en el momento adecuado tanto a nivel físico como
psíquico traerá beneficios importantes para la salud.
Los tipos de colesterol
Existen dos tipos de colesterol:
- Colesterol HDL:
Conocido vulgarmente como el “colesterol bueno” ya que será expulsado del
organismo una vez concluido su trayecto. Existen estudios que han
comprobado que si se tiene un bajo nivel de HDL existe un mayor riesgo de
sufrir un ataque al corazón. El nivel aceptable de colesterol bueno en
sangre debe ser en los hombres, mayor de 40 mg/dl y en las mujeres debe
ser superior de 50 mg/dl.
- Colesterol LDL: Es
el colesterol llamado “malo”. Cuando circula en la sangre colesterol LDL,
puede llegar a acumularse de forma lenta en las paredes internas de las
arterias que se encargan de irrigar tanto el corazón como el cerebro,
formando una placa dura y gruesa que comienza a estrechar las arterias y
las vuelve menos flexibles. Esto se conoce con el nombre de
“arterosclerosis”
Tanto el HDL como el LDL en sangre son medidos
para saber los riesgos que corre la persona de padecer un ataque cardíaco. Por
ello, el nivel ideal de colesterol LDL deberá ser de menos de 100 mg/dl.
Existen algunos factores que aumentan el HDL en la sangre y otros que pueden
disminuirlo, lo aumentan el ejercicio físico y el consumo de alcohol de forma
moderada y los disminuyen la obesidad y el tabaco.
Es necesario que aquellas personas que tienen muy bajo el nivel de colesterol
bueno cambien su estilo de vida aumentando su actividad física, dejando de
fumar, si lo hacen, y manteniendo un peso ideal.
Sin embargo, existen personas que no pueden mantener parámetros normales de
colesterol bueno en sangre y por ello muchas veces necesitan utilizar ciertos
medicamentos y en la actualidad se buscan nuevos medicamentos que cumplan esa
función sin efectos colaterales indeseables.
Cuando se habla de colesterol se mencionan los triglicéridos, que no son otra
cosa que un tipo de grasa. Algunos de ellos son producidos por el mismo
organismo y otros provienen de los alimentos que se ingieren diariamente.
Al comer el cuerpo utiliza las calorías que necesita para obtener energía de
manera inmediata y las sobrantes se convierten en triglicéridos, almacenándose
en las adipocitos para ser usadas posteriormente. Cuando se consumen mayor
cantidad de calorías que las que el cuerpo necesita el nivel de triglicéridos
aumenta y puede llegar a niveles altos. Para medir la cantidad de triglicéridos
se realiza un examen de sangre.
Cuando el nivel de triglicéridos es alto constituye un factor de riesgo de
sufrir una dolencia coronaria y existen factores que contribuyen a elevarlos
como por ejemplo: la obesidad, el sobrepeso, la falta de actividad física,
tabaco, el exceso en el consumo de alcohol, dietas ricas en carbohidratos,
ciertos fármacos como estrógenos, corticosteroides, y la diabetes tipo 2 o la
insuficiencia renal crónica. También, en algunos casos puede ser elevado el
nivel de triglicéridos por desórdenes genéticos.
Para tratar este problema primero se deben determinar las causas de su elevado
nivel como el grado de severidad. Siendo que el primer objetivo será bajar los
triglicéridos a valores normales.