jueves, 29 de noviembre de 2018

¿Cuáles son las diferencias en los aceites saludables y no saludables?



Saber distinguir los aceites saludables e incluirlos en nuestra dieta en lugar de los no saludables nos permitirá mejorar nuestra salud y evitar diferentes enfermedades.

Diariamente utilizamos aceites para preparar nuestras distintos alimentos. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar qué tan saludables son, qué tantos beneficios aportan a nuestro organismo y si tienen componentes tóxicos.
Incluso solemos pensar que no hay aceites saludables o que nos causen grandes daños a la salud. Por ese motivo, es común encontrar personas que todo el tiempo evitan cualquier tipo de grasaEs cierto que algunos tipos de grasas taponan las arterias y generan problemas en el corazón, pero esto no es en todos los casos.

¿Por qué consumir aceites saludables?

Los aceites son ácidos grasos fundamentales para nuestro organismo pues son la mayor fuente de energía. Nos permiten procesar los distintos nutrientes esenciales como las vitaminas A, E, K, D.
Este tipo de aceites son los derivados de fuentes vegetales. Algunos buenos ejemplos son el de coco, el de aguacate o el girasol.

¿Cuál elegir? Grasas animales o grasas vegetales

Las grasas animales se obtienen de los tejidos adiposos de distintos animales. Las más comunes son la manteca de cerdo, la mantequilla y algunos aceites de animales marinos.
Por su parte, las grasas vegetales pasan por un proceso de destilación química. A través de esta se extraen líquidos grasos y propiedades de algunas plantas y semillas.
Las grasas animales deben consumirse con moderación, pues son las que pueden incrementar los niveles de colesterol en la sangre. Cuando las consumes en excesos, pueden propiciar la aparición de enfermedades degenerativas como problemas cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Por el contrario, las grasas de origen vegetal son más saludables. Se las considera aceites saludables por contener aminoácidos esenciales para el organismo y por aportar vitaminas y minerales.

Grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas

Dependiendo de la fuente de la que se obtengan, consumirás aceites saludables o dañinos. Las grasas malas son las grasas saturadas. Justo son estas las que han sido asociadas a enfermedades degenerativas y a problemas cardiacos.
Las grasas saturadas provocan un alto contenido de colesterol en la sangre. Esto significa que obstruyen el adecuado funcionamiento del sistema cardiovascular, tapando las arterias y engrosando las paredes del corazón.
Por el contrario, los aceites saludables aportan ácidos grasos mono y poliinsaturados. Estos combaten los problemas antes mencionados. Sin embargo, no todos los aceites de este grupo nos dan los mismos beneficios.
La mayoría de los aceites vegetales que encontramos en el supermercado suelen ser una mezcla de distintos aceites por lo que podrían ser altamente tóxicos. Por ello, es sumamente importante seleccionar el aceite adecuado y no dejarte llevar por las ofertas.

Aceites saludables, ¿cuáles son los mejores?

Entre los aceites saludables, los dos más utilizados son:

El aceite de oliva

Aceite de oliva.
Es el protagonista de la dieta mediterránea. Entre sus propiedades se encuentra el no aportar colesterol malo (LDL) a la sangre. Así, puede reducir drásticamente la probabilidad de tener alguna enfermedad cardiovascular.
Además, es rico en vitamina E. Esta tiene propiedades antioxidantes y nos protege de los daños en la piel, provocados por la contaminación y la mala alimentación. Esto se traduce en un combate efectivo contra el envejecimiento prematuro.
  • Lo mejor del aceite de oliva es que las altas temperaturas no modifican su estructura química. Es decir, no es tóxico para nuestra salud y es el más recomendado para cocinar los alimentos.
  • Eso sí, recuerda que lo ideal es evitar las cocciones basadas en frituras. Obtén los beneficios de este aceite al usarlo al natural en tus ensaladas.

Aceite de coco

El segundo de los aceites saludables es el de coco. Gracias a sus propiedades, el aceite de coco promueve la pérdida de peso, al asimilarse fácilmente en el organismo y regular el metabolismo.
Previene de enfermedades degenerativas, como el cáncer y la diabetes. Asimismo, la aplicación tópica del aceite de coco mejora la salud del cabello y la hidratación de la piel.  

Los aceites no saludables son más baratos

Los aceites con grasas malas suelen ser mucho más baratos. Sin embargo, tal como podemos ver, a la larga los aceites baratos únicamente van a provocar deterioros en nuestra salud. Así, tendremos que invertir en tratamientos y medicamentos.
La salud es nuestra mejor inversión. Por eso, es ideal ahorrar a largo plazo comprando un aceite saludable que mejore tu calidad de vida.

mejorconsalud.com

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