Muchas veces las personas con victimismo crónico lo han adoptado como forma de vida y no reconocen que lo están utilizando para obtener aquello que desean
Razones hay muchas. No obstante, todas apuntan a rasgos comunes que adoptan este tipo de personas.
Estas se caracterizan por ser poco seguras de sí mismas, dependientes de la ayuda de los demás, incapaces de resolver problemas propios, reconocer sus errores y un sinfín de características más.
El victimismo es considerado como un posible síntoma de algún trastorno psicológico, ya que puede presentarse con gran intensidad en la vida de quien lo padece.
Además, termina afectando por completo no solo su forma de vivir, sino también la de quienes le rodean.
Todos en algún momento hemos tenido que afrontar momentos realmente difíciles, en los que la vida nos coloca como una víctima, bien sea por alguien que ha buscado perjudicarnos o porque nuestras malas decisiones nos ubicaron en tal situación.
Lo que nos hace mejores cada día es la buena actitud con la cual logramos superar dichos momentos y salir adelante.
Lamentablemente no todas las personas poseen esa capacidad para avanzar y superarse así mismos. Por el contrario, se sumergen en un mar de negatividad y se convierten en “autovíctimas” para el resto de sus vidas.
¿Cómo son las personas con victimismo crónico?
Es fácil reconocer a este tipo de personas. Basta con prestar atención a las expresiones de sus rostros, la mala postura al caminar y hasta el tono de voz pesimista con el que hablan siempre.
- Estas tienden a justificar todo lo que les sucede como una especie de maldición o a causa de los demás.
- De esta manera van aumentando su victimismo crónico, a tal punto que alejan a las personas de su alrededor.
- Suelen guardar sentimientos relacionados al rencor o la envidia, y se libran de toda posible responsabilidad de sus tragedias.
Estas son algunas de las características más destacables en las personas que viven con victimismo crónico:
1. Culpan al resto de la falta de ayuda
En la mayoría de los casos se sienten frustrados cuando no reciben la ayuda de los demás. Dudan de sus capacidades y no se sienten autosuficientes para resolver sus propios problemas.
Por lo general, suelen hacer de ello todo un drama.
2. Manipulan los hechos inconscientemente
No importa cuál sea la verdadera historia que hay detrás de sus problemas: siempre encuentran la forma de tergiversar los hechos para que la culpa sea solo de los demás y nunca a causa de ellos mismos.
De este modo lo que hacen al final es manipular los hechos inconscientemente. Esto es algo que les sale de manera natural desde su condición de víctima, tal y como ellos mismos se consideran.
3. Muestran una autocrítica limitada
A pesar de que las personas con victimismo crónico no sean capaces de considerar sus buenas cualidades, pueden hacer autocríticas sobre sus actos.
Sin embargo, puede que esto solo se trate de una forma de justificar que sus malos ratos son por culpa de los demás.
Al final el considerarse víctimas hace que su capacidad de autocrítica sea mucho más limitada.
4. Centran su imaginación en la desgracia
Este tipo de personas fantasean pensando que solo han venido al mundo a sufrir y que no existe futuro alguno que les depare algo bueno.
De hecho se sienten bien conversando al respecto con otras personas. Todo ello al final deriva en una visión distorsionada de la realidad.
5. Manipulan inconscientemente
En este caso, recurren al chantaje como único recurso para obtener toda la ayuda posible en el momento que ellos quieran.
Para ello trabajan las mentes de otras personas haciéndose las víctimas en todo momento, de tal manera que al sufrir de algún accidente o percance los demás se sientan culpables y les presten la ayuda que precisan.
6. Un problema que se eterniza
El victimismo crónico es un problema que se agrava con el tiempo a medida que la persona toma sus tragedias y quejas como costumbres.
La posible causa de esto puede estar atada a aquellas situaciones en las que intentamos arreglar las cosas con esfuerzo pero luego no vemos buenos resultados, y esto continúa repitiéndose muchas veces.
Así, nos conlleva a un estado de desesperación y frustración en donde todo se convierte en una carga emocional.
Es entonces cuando las personas toman este tipo de situaciones como algo normal o creen que se lo merecen. De esta forma se van transformando en las victimarias de sus propias vidas sin hallar la salida.
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