martes, 20 de marzo de 2018

NO ES TUYO, DEJALO IR...


Publicado por Ana Luz Kovalevsky.
Muchas cosas de lo que acarreamos los seres humano, a lo largo de una vida no son nuestras, las hacemos nuestras pero no lo son. Incluso cuando te miras al espejo en la noche o, en la mañana, crees que así, cada uno de nosotros, hemos permitido que así sea, pero no lo es. Tienes que adentrarte en tu corazón, y sentir lo que es tuyo, y dejar todo lo demás atrás.
¿Y pregúntate, a que me estoy aferrando?
Si me lo permites te diré, que nos aferramos a cosas viejas que ya no nos sirven. Te aferras a los problemas familiares, a tu preocupación por los demás, te aferras a las cosas que tienen que ser de cierta manera, los pensamientos locos que pasan por tu mente, y que has tratado de suprimir.
Estos no son tuyos. Esas viejas batallas, no son tuyas. ¡Hay cosas que están tan adentro! A veces ni nos damos cuenta, pero ya no son tuyas, es difícil darse cuenta, por que te sientes tan cerca y conectado con las cosas de tu vida y sientes que formas parte de ellas. Suponemos que debemos salvar el mundo, salvar a nuestra familia o cualquier otra cosa. Te sientes parte de ellos. "Obviamente", y piensas, "tiene que ser mío" y continúas con la batalla, pero las tomas como propias. Porque lo mejor que puedes hacer por tus antepasados, por tu familia ahora, es liberarla.
Pero estas cosas ya no son tuyas. No significa que vas a perjudicar a otras personas. No significa que seas indiferente a los demás. Simplemente significa que ya no puedes llevarlas por ellos más. Has cargado demasiado por otras personas y, en realidad, demasiado por el otro. Es una cosa de gran belleza, cuando dos que se aman uno al otro se cargan mutuamente, pero las cosas de su cuerpo no son suyas. Lo único que es tuyo es lo que tu eliges, sea lo que sea, que hayas elegido.
Tu corazón está cargando demasiado. Ese profundo dolor en tu corazón, no es tuyo, tu crees que si, pero no lo es. Ha sido llevado contigo por mucho tiempo. Tus experiencias personales que se remontan, muy atrás, A veces, ni siquiera sabes que están allí. Pero te aferras a eso. Es como un viejo jersey que sigues tejiendo y te aferras a él. Para entender esto, vamos al corazón. No a la mente, sino al corazón.
Verás, estamos tan acostumbrados a evaluarnos desde la perspectiva de la mente: bueno o malo, correcto o incorrecto. Que nos olvidamos del nuestro corazón, vamos al corazón y echemos un vistazo a lo que hay allí. Lo que hay en tu corazón es una buena persona, una muy buena persona. Una persona que se ha preocupado tanto por los demás por tanto tiempo. Una persona que ha tratado de consolar y curar a otros, de cuidar a los demás. Una persona que ha dado de sí mismo, su propia energía para los demás.
Pero al hacerlo, también has tomado sus cosas. Has tomado cosas que no te pertenecen. Has tomado sus dificultades, sus problemas, sus problemas físicos, sus experiencias, sus traumas, incluso sus logros y alegrías, pero esas cosas no son suyas. Sí, quizás te honres por tener la experiencia de asumir todas estas cosas que no son tuyas.
Por eso es difícil, entender que eso no es tuyo, Tu corazón tiene tanta humanidad, tal amor por las personas, que casi crees que es tu trabajo asumir todos sus problemas, y no es así. No hay mal alguno en tu corazón, ni debilidad, solo el corazón de un ser compasivo y solidario.
¿Puedes simplemente liberarlos? No luches contra ellos. Solo déjalos ir.
Me voy a tomar la libertad de pedirte que respires profundo, y preguntes: "¿Esto es mío o no?" Siente todo esto dentro de tu Ser a medida que surgen todas estas cosas. "Esto no es mío", y al hacerlo, te ayudará a darte cuenta de lo que es tuyo. Ese dolor profundo que has sentido toda tu vida, no es tuyo. Has creado una identidad a su alrededor. Has creado destrucción y trauma a su alrededor. Ya no es tuyo. No lo es. Fue una experiencia, pero no es tuyo. Respira profundo y déjalo ir. No es tuyo.
Entonces, te pregunto, ¿qué hay en tu corazón? ¿Cuál es tu bondad? ¿Cuál es tu bondad contigo mismo? Y te pido que mires profundamente, la bondad contigo mismo. Y sientas en tu corazón esa bondad, la misma bondad que has tenido para todos los demás, pero ahora sobre ti mismo. ¿Cuál es tu bondad? No estoy preguntando tus talentos o en qué sobresalías o qué has logrado. Esos no significan nada.
A veces también nos sentimos culpables, por no poder salvar a la humanidad, y hacer de este Planeta un lugar de sabiduría y de amor. Eso es bueno. Esa es tu bondad, eso se muestra en tu amor por la naturaleza, y los animales. ¿Entonces que es tuyo? Tu bondad, tu cariño y compasión. Tu profundo sentido del compromiso. Esas cosas son tuyas. Lo demás no lo son.
Ahora observarte a ti mism@, tus pensamientos, tus sentimientos, lo que está sucediendo en tu vida, lo que estás atrayendo a tu vida, si las cosas son difíciles o fáciles, y cada vez que surja, toma una respiración profunda y pregúntate. ¿Es esto mío o no? Cada vez que surja, en tu vida, échale un vistazo. ¿Y pregúntate, qué es lo que el Espíritu está tratando de decirte? ¿Qué lección se supone que tengo que aprender?
Queridos amigos, siempre es bueno limpiar el camino de residuos, y llenarlo de Luz y Amor.

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