Gracias a sus componentes el ajo puede bloquear la agregación de las plaquetas y, por tanto, evitar problemas de coagulación. Para aprovechar las propiedades anticoagulantes del ajo es conveniente consumirlo crudo
El ajo tiene un alto poder anticoagulante similar al de los medicamentos pero sin sus efectos secundarios. Por este motivo puede ser un excelente remedio natural para prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares.
Descubre en este artículo en qué consisten las propiedades anticoagulantes del ajo, así como todos sus beneficios para la salud.
También compartimos las mejores maneras de incorporarlo a tu dieta para que no te siente mal y los casos en que no deberíamos consumirlo.
El ajo
El ajo es un alimento medicinal que se consume desde la antigüedad. Pertenece a la misma familia de la cebolla y el puerro, con los cuales comparte algunas propiedades curativas.
Destaca por un fuerte olor y sabor, por lo cual se usa como condimento en muchas recetas.
- La alicina que contiene el ajo es el compuesto de azufre de este bulbo que le da su característico olor y que tiene un alto poder medicinal.
- También es rico en vitaminas A, del grupo B, C y E, y minerales como el manganeso, el selenio, el calcio o el
- hierro.
Propiedades anticoagulantes
Los componentes sulfurosos del ajo, el ajoeno y la alicina, destacan por su virtud para bloquear la agregación de plaquetas y, por lo tanto, impedir la formación de coágulos.
En este sentido, consumir ajo puede tener resultados tan efectivos como un medicamento anticoagulante.
Es importante destacar que, aunque estos beneficios son muy potentes en el ajo crudo, siguen siendo útiles al consumirlo horneado, cocinado o en polvo.
- Estas propiedades anticoagulantes nos obligan a consultar siempre con nuestro médico si queremos comer ajo a modo de tratamiento, en especial si ya tomamos medicación.
- Tampoco se puede consumir antes de una operación, ya que aumenta el riesgo de sufrir hemorragias.
Otros beneficios para la salud
El ajo tiene muchos otros beneficios para la salud, además de sus propiedades anticoagulantes:
- Previene enfermedades cardiovasculares, las cuales afectan al corazón y los vasos sanguíneos: colesterol, triglicéridos, hipertensión arterial, arritmias cardíacas, etc.
- Favorece una buena circulación sanguínea.
- Antibiótico natural que fortalece nuestro sistema inmunitario y nos ayuda a combatir a los patógenos. El ajo es antibacteriano, antiviral, antifúngico y antiparasitario.
- Poderoso antioxidante que minimiza el daño que nos causan los radicales libres, así como el envejecimiento prematuro.
- Depurativo de las toxinas presentes en la sangre que llegan desde el exterior o de nuestro propio organismo.
- Es un antiinflamatorio natural que puede aliviar en casos de molestias y dolores.
- Protege las funciones cerebrales y es útil en enfermedades neurodegenerativas.
- Cuida la flora bacteriana intestinal.
- Reduce el riesgo de sufrir cáncer, sobre todo el que afecta al aparato gastrointestinal.
- Descongestiona en casos de trastornos respiratorios y favorece la eliminación de flemas.
- Mejora el funcionamiento de los riñones y la vejiga.
- Es un regulador digestivo que mejora el estreñimiento y abre el apetito.
¿Qué hacemos si no nos sienta bien?
Si queremos beneficiarnos de las propiedades del ajo pero cuando lo comemos no nos sienta bien o nos repite, tenemos las siguientes opciones:
- No comerlo en ayunas o con el estómago vacío, ni tampoco justo antes de acostarnos. Podemos mezclarlo siempre con alimentos, en especial los que puedan camuflarlo, como restregado en pan tostado, con patatas, cremas, gazpachos, etc.
Podemos incorporarlo a nuestra dieta de manera paulatina.
- Tomarlo en cápsulas para observar si lo toleramos mejor.
- Consumirlo en caldos. Aunque su efectividad es menor, sigue teniendo propiedades medicinales.
- Realizar la cura tibetana del ajo. Esta técnica ancestral es muy potente. No obstante, el ajo se va consumiendo en líquido y de manera muy gradual para que nuestro organismo se pueda ir acostumbrando.
Cuándo no debemos tomarlo
Algunas personas, en los siguientes casos, sí que deberían dejar de consumirlo y optar por otros remedios naturales:
- En casos de alergia. Nuestro médico alergólogo puede realizar las pruebas oportunas.
- A algunas personas puede provocarles asma, en cuyo caso deberán dejar de consumir este alimento.
- Si se tiene una tolerancia digestiva muy débil al ajo y provoca síntomas como irritación intestinal, diarrea, gases, etc.
- Las personas con anemia no deben abusar del ajo. No obstante, en pequeñas cantidades sí que resulta beneficioso.
- En casos de úlcera péptica.
- Si se están tomando medicamentos anticoagulantes. Deberemos consultar siempre con nuestro médico.
- Antes de una intervención quirúrgica.
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