viernes, 12 de enero de 2018

¿Cuál es la relación entre las hormonas y el control del peso?


Para estimular la producción de la hormona del crecimiento y favorecer la conversión de grasa en energía es muy importante que, además de hacer ejercicio, durmamos 8 horas al día

Existen algunas hormonas que participan en los procesos que realiza el organismo para deshacerse del exceso de grasa, o bien, acumularla.
Estas son las encargadas de regular varias funciones importantes del cuerpo, incluyendo el metabolismo, el apetito, la digestión y otras que tienen que ver con el peso.
Es por esto que un desequilibrio en las mismas puede incidir sobre la obesidad, aunque también hay que considerar que el sobrepeso puede ser el responsable de este descontrol.
Teniendo en cuenta que son tan esenciales para la salud, a continuación vamos a repasar las más importantes y su respectiva relación con el peso.

Las hormonas y el control del peso: la leptina


Ayuda a bajar de peso

Esta hormona es segregada por las células grasas y tiene la función de indicarle al cerebro que ya tenemos suficiente energía almacenada y no necesitamos ingerir más calorías.
Por esta razón, se le conoce como la “supresora del apetito” y su equilibrio es determinante para un peso saludable.
El problema es que el exceso de grasa la eleva demasiado, lo que hace que el cerebro deje de atender a sus señales.
Para evitar que esto ocurra, aumenta el consumo de frutas, verduras y otros alimentos ricos en antioxidantes.

La insulina

La insulina es quizá una de las más conocidas, debido al papel que desempeña en el control del azúcar en la sangre.
No obstante, más allá de tener esta importante tarea, su función interviene en el aprovechamiento metabólico de los nutrientes, incrementando el gasto energético.
Cuando sufre algún tipo de alteración o desequilibrio, esta hace que los azúcares se almacenen en forma de grasa dificultando la pérdida de peso.

Cortisol


Bajar de peso

Conocida como la hormona del estrés, el cortisol se ha relacionado con el incremento de la grasa abdominal.
Su función es la de controlar el metabolismo lipídico, proteico y glucídico, además de intervenir en la presión arterial.
Sus reacciones negativas se producen cuando se segrega en demasiadas cantidades a causa del estrés u otros factores estimulantes.

Los estrógenos y los andrógenos

Los estrógenos son un grupo de hormonas principalmente femeninas, mientras que los andrógenos son de tipo masculinos.
Ambos tienen que ver con la distribución de la grasa en el cuerpo, lo que explica por qué la masa corporal varía según su actividad en cada una de las etapas.
Por ejemplo, las mujeres en su etapa reproductiva tienen a almacenar más grasa en su parte baja, mientras que en la menopausia hay más tendencia a acumularla en el abdomen.

La hormona de crecimiento


Es importante mantener un peso saludable

Para perder peso con más facilidad, los niveles de esta hormona deben elevarse. Su actividad hace interacción con las células de grasa, e impulsa su transformación en energía.
Para estimularla se recomienda realizar actividad física intensa y dormir por lo menos 8 horas al día.

La epinefrina

Más conocida como adrenalina, esta hormona tiene mucho que ver en la conversión de las grasas a energía.
Su actividad suprime el apetito, previene la acumulación de grasa abdominal y es clave para evitar la obesidad.
La mejor forma de estimularla y mantenerla estable es a través de la práctica diaria de actividad física.

La adiponectina

La adiponectina es una hormona sintetizada por el tejido adiposo que participa en el metabolismo de la glucosa y los ácidos grasos.
Su actividad mejora la capacidad de los músculos para obtener energía a través de los carbohidratos. También aumenta el ritmo mediante el cual el cuerpo descompone las grasas y controla el apetito.
La actividad física y el consumo de grasas monoinsaturadas son algunas de las formas de mantener sus niveles equilibrados.

Irisina


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La irisina es una hormona que se segrega a partir de la actividad física y su trabajo es el de ayudar a quemar calorías con más eficiencia, incluso tras finalizar los ejercicios.
Esta llega a través de la sangre a las células de grasa blanca (“grasa mala”) y hace que se convierta en grasa parda (“grasa buena”).

Colecistoquinina

Esta hormona intestinal tiene la tarea de controlar el apetito mediante la reducción de la ingesta de calorías.
Cuando se libera, disminuye el volumen ingerido y prolonga la sensación de saciedad que se obtiene con cada comida.
En conclusión, la actividad y equilibrio hormonal desempeñan un papel principal en el control del peso corporal.
La práctica constante de buenos hábitos y los chequeos médicos son claves para evitar sus descontroles.

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