LA RISA ....LA ALEGRÍA COMO ANTÍDOTO

Nuestra vida tiene tantas razones y circunstancias para hacerla edificante, que no celebrarlo sería ir contra nuestra razón e inteligencia.
Una diferencia fundamental con los animales irracionales, es nuestra capacidad de razonar frente al espectáculo maravilloso de nuestra vida; ese abanico de observación y expectación que nos hace la vida grata y emocionante.

En nuestro mundo espiritual percibimos sensaciones como las de sentir y disfrutar del amor, la belleza, la música y el arte, entre otras. Ejercitar la voluntad, generosidad, solidaridad y utilidad, nos posibilita alcanzar la felicidad, como realización físico-espiritual, que se traduce en la alegría de vivir. Esa visión que trasciende nuestra materialidad, donde la calidad supera la cantidad, nos hace especulativos, curiosos y creativos.

Frente a esa permanente búsqueda, que como seres inteligentes no podemos obviar, el único antídoto a la angustia de nuestra ambición nunca satisfecha, lo es el carácter alegre y positivo, bajo la premisa de que todo evento o circunstancia, siempre podremos ponerlo a nuestro beneficio.

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El privilegio de respirar, sin adicionales valoraciones, es ya una fuente de alegría; pero las muchas bendiciones de que disponemos para disfrutar todos los días una vida llena de retos y sorpresas, conforman una fuente permanente de satisfacción y plenitud. Amar y ser amado, observar el paisaje geográfico, lleno de cosas hermosas; poder construir nuestra existencia conforme a nuestra decisión y esfuerzo, son todos motivos de alegría. Conozco y trato con personas comunes y corrientes, pero que son alegres; nunca las he visto enfermas, tristes, perturbadas o estresadas, sino que sonríen, saludan, estrechan la mano o abrazan afectuosamente, produciendo una influencia positiva que es… contagiosa. Es que la alegría y felicidad previenen las enfermedades del cuerpo y del espíritu. La felicidad depende de cómo asumamos la vida; por lo tanto, lo inteligente es tomarla como una emocionante e interesante aventura, llena de retos y oportunidades que podemos vivir alegres e intensamente. Como esta solución es fácil y depende de nosotros, mientras más pronto lo asumamos obtendremos mejores resultados. Así que, a sonreír, alegrarse, forzar el buen humor, mirar el lado positivo de todo evento; y en vez de preocuparse por los problemas, ocuparse de resolverlos. Debemos recordar que, la diferencia entre una persona feliz y otra que no lo es, radica en que la primera cree y practica esta filosofía de la vida. 1. Los tejidos del sistema muscular relajan y liberan tensión. 2. Quema calorías. Veinte segundos de carcajadas equivalen a 3 minutos de ejercicio aeróbico. 3. Un estudio realizado por una universidad de California demostró que una buena carcajada provoca bienestar físico durante 24 horas. 4. Los sistemas inmune y endocrino se benefician de las sonrisas pues el hipotálamo libera endorfinas que producen un efecto analgésico en el organismo. La producción de beta-endorfinas, que actúan como neurotransmisores cerebrales y son consideradas una “morfina natural” del organismo, tienen un efecto analgésico que ataca el dolor. 5. La segregación de adrenalina produce un estado de alerta. 6. La risa disminuye la concentración de cortisol, hormona causante del estrés. 7. Los linfocitos, encargados de la respuesta inmunológica, aumentan su actividad después de una carcajada. 8. Un sentido del humor activo previene enfermedades cardiacas pues la sonrisa impacta directamente en la funcionalidad de los vasos sanguíneos y facilita el fluido de la sangre. 9. Se eleva la autoestima y la confianza, elimina pensamientos negativos y la sensación de desasosiego, miedo y tristeza.

!A reir! Ver una película de humor completa garantiza 24 horas de efectos positivos en un individuo. La risa y la alegría suelen ser contagiosas. Esto contribuye a generar un ambiente de optimismo y buen humor en espacios como oficinas y momentos de tensión. Al sonreír se utilizan menos músculos que cuando se frunce el ceño

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