Parta que las relaciones
funcionen debemos dejar de priorizarnos y pensar en nosotros mismos para
empezar a preocuparnos también por la otra persona y sus intereses
Si bien una relación diádica y de pareja es cosa de dos,
lo cierto es que de ciertos deseos o anhelos inherentes al sentir del
ser humano podemos extraer conclusiones o verdades universales que a muchos nos tocan de una u otra manera.
Esto es lo que extrajo como conclusión Sherry Amatenstein, una terapeuta y periodista que ha dedicado gran parte de su vida a la atención de conflictos de pareja y de personas solteras que ansiaban una relación.
Ella se dio cuenta de que en ciertas cuestiones hay pocas respuestas que puedan satisfacer a todos.
Concretamente, en un artículo para la revista digital Vox,
habla de 9 verdades universales que deberíamos tener en cuenta a la
hora de analizar nuestras expectativas en un contexto relacional.
Veamos cuáles son:
Muchos de nosotros experimentamos un vacío existencial que traducimos como soledad y aislamiento.
Esta misma desesperación implica miedo, miedo a la oscuridad emocional, a sentirnos solos en el mundo y vivir el resto de nuestras vidas con nuestra sola compañía.
Como consecuencia de esto, acabamos forzándonos a buscar un acompañante vital. Estas prisas nos encaminan a una relación disfuncional, lo que es mucho peor que estar solo.
Lo que sin duda podemos saber de este tipo de relaciones precipitadas es que la pareja se acaba ahogando en la presión de la compañía.
Está claro que ese sentimiento de vacío que tanto nos
atormenta está tratando de darnos una información potente sobre nuestra
manera de concebir la vida y nuestra existencia.
Si no estamos bien con nosotros mismos, no lo estaremos en compañía.
Si cambiamos por complacer al otro, estamos dañando nuestra esencia y, por lo tanto, perderemos nuestra identidad. Solo nos quedará nuestra pareja.
Si empezamos la casa por el tejado, no tendremos una base sólida que nos permita seguir creciendo en pareja, pues habremos mermado nuestras cualidades personales individuales.
Por eso el mejor consejo es que, cuando las palabras hirientes comiencen a brotar, hagamos una pausa de unos segundos y pensemos varias veces cómo decir algo sin herirnos.
Seguir creciendo juntos a partir del cultivo de nuestras inquietudes e intereses personales nos ayuda a desarrollar una dinámica relacional saludable lejos de dependencias y apegos insanos.
Por eso es esencial que la pareja respete el derecho de pensar y sentir de modo diferente.
Como vemos, estas verdades se entrelazan en una misma idea: la comunicación emocional. Esta es esencial a la hora de construir buenas relaciones y dejar a un lado rencores y energías negativas y dañinas.
http://mejorconsalud.com/
Esto es lo que extrajo como conclusión Sherry Amatenstein, una terapeuta y periodista que ha dedicado gran parte de su vida a la atención de conflictos de pareja y de personas solteras que ansiaban una relación.
Ella se dio cuenta de que en ciertas cuestiones hay pocas respuestas que puedan satisfacer a todos.
Veamos cuáles son:
1. No podemos esperar que otra persona cure nuestra sensación de soledad
Muchos de nosotros experimentamos un vacío existencial que traducimos como soledad y aislamiento.
Esta misma desesperación implica miedo, miedo a la oscuridad emocional, a sentirnos solos en el mundo y vivir el resto de nuestras vidas con nuestra sola compañía.
Como consecuencia de esto, acabamos forzándonos a buscar un acompañante vital. Estas prisas nos encaminan a una relación disfuncional, lo que es mucho peor que estar solo.
Lo que sin duda podemos saber de este tipo de relaciones precipitadas es que la pareja se acaba ahogando en la presión de la compañía.
Si no estamos bien con nosotros mismos, no lo estaremos en compañía.
2. Es un error cambiarnos por completo para que nuestra pareja se sienta bien
Ponerle pruebas a nuestra pareja no tiene razón de ser si nos sentimos seguros de nosotros mismos. Del mismo modo, si alguien nos quiere, debe querernos tal cual somos.Si cambiamos por complacer al otro, estamos dañando nuestra esencia y, por lo tanto, perderemos nuestra identidad. Solo nos quedará nuestra pareja.
3. Hay muchas personas que subestiman su amor propio
No valoramos nuestra compañía. Maltratamos nuestro ser y vivimos demasiado pendientes de la validación externa.Si empezamos la casa por el tejado, no tendremos una base sólida que nos permita seguir creciendo en pareja, pues habremos mermado nuestras cualidades personales individuales.
4. Muchas peleas podrían evitarse si controlamos nuestros impulsos
Aprender a controlar nuestros impulsos es esencial para respetar a los demás en los malos momentos.Por eso el mejor consejo es que, cuando las palabras hirientes comiencen a brotar, hagamos una pausa de unos segundos y pensemos varias veces cómo decir algo sin herirnos.
5. Las parejas felices evolucionan juntos y por separado
La evolución saludable de la pareja se fundamenta, sin duda, en el progreso individual. Este es el famoso “tiempo para uno mismo”.Seguir creciendo juntos a partir del cultivo de nuestras inquietudes e intereses personales nos ayuda a desarrollar una dinámica relacional saludable lejos de dependencias y apegos insanos.
6. Si queremos ser felices en pareja debemos cuadrar nuestras expectativas
Uno quiere tener hijos, el otro no; uno quiere casarse, el otro no; uno quiere tener una relación monógama, el otro busca un poliamor, etc. La cantidad de expectativas que cada uno tiene determinará que las piezas del rompecabezas cuadren o no.7. Todos necesitamos que “nos entiendan”
Todos necesitamos sentirnos escuchados y comprendidos. Es normal que nos sintamos diferentes y por eso es prioritario que hagamos un esfuerzo para congeniar y escuchar a quien tenemos delante.Por eso es esencial que la pareja respete el derecho de pensar y sentir de modo diferente.
8. Debemos dar sin esperar nada a cambio
Si solo damos algo de nosotros dependiendo de “lo que hagan los demás” estamos sacrificando la magia de nuestro vínculo. Una relación no puede convertirse en un toma y daca. Los gestos deben ser sinceros y los detalles deben nacer del corazón.9. La mejor manera de arruinar una relación es insistir en que tenemos razón
Si intentamos ganar siempre es fácil que la relación fracase. Por eso es bueno reconocernos en el error e intentar equilibrar la balanza de la escucha y de la empatía en nuestra relación de pareja (o en cualquier otra).Como vemos, estas verdades se entrelazan en una misma idea: la comunicación emocional. Esta es esencial a la hora de construir buenas relaciones y dejar a un lado rencores y energías negativas y dañinas.
http://mejorconsalud.com/
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