Los fitoestrógenos, como los que contienen las isoflavonas de soja, reducen la frecuencia de los sofocos característicos de la menopausia sin efectos secundarios apreciables, según afirma un estudio publicado en el último número de la revista Climacteric, editada por la Sociedad Internacional de Menopausia.
La menopausia, o cese de la menstruación, suele conllevar diferentes cambios para las mujeres que atraviesan por dicha etapa en la que disminuyen las hormonas femeninas estrógeno y progesterona.
Durante el periodo menopáusico, son habituales los sofocos. Estos hacen sufrir a quienes los padecen una repentina sensación de calor y ansiedad, provocando un aumento del flujo sanguíneo de la piel del cuello, cara y tórax, acompañado de sudoración y palpitaciones.
Según una investigación publicada en abril en la prestigiosa revistaJAMA, los sofocos pueden alargarse hasta 14 años. Un grupo de 1.500 mujeres de diferentes razas, etnias y lugares tuvieron un seguimiento médico de sus síntomas menopáusicos durante 17 años. Todas ellas sufrían sofocos o sudoración nocturna, problemas que duraron de media 7,4 años. La mitad de las féminas se vieron afectadas unos tres años, pero la otra mitad, llegó a padecer sofocos hasta 14 años.
Además, este estudio también demuestra que los sofocos se alargan durante más tiempo cuanto antes comiencen. Así, entre las mujeres que comenzaron con los sofocos antes de dejar de menstruar, estos duraron varios años después de dejar de menstruar.
Una de cada ocho mujeres empezó con los sofocos mientras sus períodos todavía eran regulares. Y dos tercios comenzaron en la perimenopausia, cuando los períodos van y vienen. Este último grupo tuvo síntomas durante una media de 11,8 años, tres veces más de la media de 3,4 años de las mujeres cuyos sofocos comenzaron después de interrumpidos los períodos.
La importancia del magnesio
Por otra parte, los cambios hormonales propios de la menopausia provocan un déficit de magnesio ya que el riñón lo elimina de una forma superior a otras etapas de la vida de la mujer. Este mineral es fundamental para estabilizar el sistema nervioso, para ayudar a la absorción del calcio y es muy importante para prevenir la osteoporosis.
Otro estudio de la Universidad de Granada publicado en la revistaNutrición Hospitalaria habla de la relación directa entre el déficit de magnesio y la obesidad y la osteoporosis en la posmenopausia. Por ello, es recomendable controlar los niveles nutricionales de magnesio y si fuera necesario tomar suplementos de magnesio para evitar los riesgos asociados a niveles deficitarios de este mineral.
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