SECRETO 1.
Realiza las 2 comidas
principales cada día.
Lo que más ayuda a comer de forma moderada es respetar un esquema regular
siguiendo las dos comidas principales cada día. Si se abandona alguna de ellas
para comer menos aumentará el apetito posteriormente y empeorará la situación de
ansiedad o las ganas de comer alimentos que en realidad no deseas comer.
SECRETO 2.
Come a la velocidad
adecuada.
Ni demasiado deprisa ni demasiado despacio. Puedes invertir de 10 a 15
minutos en el desayuno, entre 20 y 35 minutos para el almuerzo y la cena, y unos
10 minutos en los tentempiés. Mastica cada bocado 15 veces y, cada tres bocados,
haz una pausa y deja los cubiertos.
Establece pausas entre el primer plato,
el segundo y el postre. Un truco sencillo para conseguirlo consiste en no poner
todos los platos de comida a la vez en la mesa, sino poner el segundo una vez
acabado el primero y el postre una vez acabado el segundo.
SECRETO 3.
No hagas otras cosas
mientras comes, como leer, ver televisión, hablar por teléfono o
trabajar en el ordenador.
Evita especialmente comer delante de la televisión más aún cuando emitan el
telediario o programas en los que todo el mundo se grita, se faltan al respeto y
hablan a la vez. Hasta las comidas más alcalinas como los zumos de verduras se
vuelven ácidas cuando se consumen mientras se tienen emociones negativas.
SECRETO 4.
Evita hablar con la boca llena
y no introduzcas nuevos alimentos hasta no haber tragado los que tenías
en la boca.
SECRETO
5. Come en la cena y
después ya nada más hasta el día siguiente.
Levantarse por la noche a comer es un síntoma de un gran estrés.
SECRETO 6.
Antes de comer, huele y
disfruta del aroma del alimento.
Céntrate durante un par de minutos antes de cada comida de manera que te
sientas sereno y en un estado de no estimulación.
SECRETO 7.
Mantén una actitud
distendida durante la comida, soslayando discusiones, prisas o ver
noticias negativas en la televisión. No comas si estás estresado o
enfadado.
SECRETO 8.
Come en el entorno
adecuado, sentado a la mesa con cubiertos, plato y vaso, en un lugar
concreto de la casa y no delante de la televisión, en la cama, de pié….
Si a la hora de comer estás fuera de casa, hazlo en un restaurante o
sentado en un parque. Come en un lugar donde te sientas a gusto. De otro modo la
comida no te satisfará. Evita comer si estás de pie, caminando o conduciendo. Si
no hay más remedio, en estas ocasiones elige tomar fruta. Si te toca comer en la
oficina, mejor que ir directamente desde tu escritorio al comedor (¡¡que no ha
de ser tu escritorio!!), sal fuera del edificio y da un par de vueltas alrededor
del mismo para cambiar tu energía mental.
SECRETO 9.
Planifica de forma
realista las comidas del día siguiente:
Qué comer, a qué hora, cuánta cantidad, dónde y con quien; teniendo en
cuenta los días festivos, las vacaciones, los días de trabajo o estudios…Prevé
también los tentempiés.
Así no pasarás hambre que te hará comer “cualquier cosa”.
SECRETO 10.
En caso de haber comido
mucho o con ansiedad alimentos que no querías, vuelve a ceñirte
cuanto antes al plan de alimentación que has elegido para ti. Llegado el caso,
toma una comida más ligera de lo normal o ayúdate con los ayunos o los zumos de
verduras y frutas.
Ana Moreno
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