¡Qué fácil es sufrir una inflamación! Puede ser puntual, debida a una contusión, una infección o un mal gesto, o bien crónica, con momentos críticos en los que la piel de la zona se enrojece y nos causa más dolor.
En este artículo te proponemos remedios naturales, sencillos y caseros para aliviar estas inflamaciones con rapidez.
¿Qué es una inflamación?
Una inflamación es el medio por el cual nuestro organismo reacciona ante un agente patógeno o irritante, o bien, a una contusión. Es decir, la inflamación es un mecanismo de defensa.
Las características de una inflamación pueden ser enrojecimiento de la zona, aumento del volumen, dolor, aumento de la temperatura y otros trastornos relacionados.
En algunas terapias medicinales se relaciona la inflamación con el elemento fuego precisamente por las características que acabamos de mencionar. No obstante, cuando la inflamación es constante puede haber algunas diferencias, como que la zona esté más fría y sin volumen.
En este artículo nos centramos en las inflamaciones que tienen las características del elemento fuego: calor, enrojecimiento, volumen y dolor.
Cuándo aplicamos estos remedios
- Justo después de una contusión sin herida abierta.
- En una zona en la que suframos dolores crónicos, en especial en la espalda o las articulaciones.
- En el cuello, como consecuencia de una inflamación o infección en la garganta.
- Sobre la zona del hígado (costillas del lado derecho) si lo sentimos congestionado o doloroso. En este caso no usaríamos el remedio del hielo, sino cualquiera de los otros dos.
- En el vientre, si lo tenemos hinchado o sufrimos algún trastorno puntual.
Hielo recubierto
Como hemos dicho, el calor es una de las características principales de cualquier inflamación puntual, por lo que lo calmaremos con uno de los remedios antiguos y caseros más sencillos que conocemos: el hielo.
Es importante destacar que no debemos aplicar el hielo directamente sobre la piel, sino que podemos optar por una de las siguientes opciones:
Una bolsa de guisantes congelados o similar.
- Un trozo de hielo o varios cubitos, pero cubiertos por una tela.
- Una bolsa de gel especial de las que se comercializan con este fin.
La aplicaremos durante 20 minutos, por lo menos.
Las inflamaciones que son crónicas no suelen tener una temperatura elevada, sino que precisamente pueden ser más frías que el resto de la piel del cuerpo. En estos casos es mucho más recomendable la aplicación de calor (bolsa de agua, esterilla eléctrica, etc.), que incluso resulta relajante y placentera.
Arcilla y cúrcuma
La arcilla es también un antiguo remedio, ya que el barro ha sido usado tradicionalmente por estar fácilmente al alcance de las personas (y de manera gratuita).
Hoy en día es mucho más seguro usar arcilla limpia en polvo, que podemos encontrar en cualquier herbolario o tienda de productos naturales.
Mezclaremos la arcilla con un poco de agua, la suficiente para conseguir una pasta que sea fácil de aplicar pero que no gotee.
Siempre que usemos arcilla es fundamental evitar los utensilios y recipientes de plástico y metal, ya que hacen que esta pierda parte de sus propiedades. En su lugar, los usaremos de cristal, madera o cerámica.
Aplicaremos la arcilla y la dejaremos actuar hasta que se seque.
Para potenciar todavía más los efectos desinflamantes de este cataplasma recomendamos añadirle a la arcilla un poco de cúrcuma en polvo, ya que esta especia no solo es un potente antiinflamatorio, sino que también calma el dolor.
Compresa de col
Seguimos con los remedios caseros y económicos con esta solución a base de col. La col tiene propiedades antiinflamatorias que reducen las inflamaciones internas de nuestro organismo cuando la consumimos. No obstante, también la podemos aplicar sobre la piel para conseguir los mismos beneficios.
Necesitaremos dos o tres hojas externas de una col verde.
¿Cómo lo preparamos?
- Pondremos una cazuela con agua a calentar.
- Cuando el agua hierva, meteremos y sacaremos al momento las hojas tres veces, de manera que las escaldaremos ligeramente sin que se cuezan, y las machacaremos con la ayuda de un mortero.
- Aplicaremos la col sobre la inflamación, la cubriremos con una tela y, por encima, con papel de plástico fino de cocina.
- Dejaremos actuar esta compresa de col durante un mínimo de 30 minutos.
Imágenes por cortesía de Ed Yourdon y Frabisa.
http://mejorconsalud.com/
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