martes, 19 de noviembre de 2013

CADA ÓRGANO DAÑADO RESPONDE A UN SENTIMIENTO" . C. Fléche



Entrevista a Christian Flèche, 
psicoterapeuta, padre de la teoría de la 
descodificación biológica, realizada por 
Inma Sanchìs, en La Vanguardia.









El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandia y observe que pacientes con la 
misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.

Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades 
físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa 
necesidad, hay una solución interior.

¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia 
función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en 
el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que 
es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock 
vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

Otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que 
envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores
neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, 
se traduce en realidad biológica.

¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos 
algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo 
muy importante que tener en cuenta.

Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la 
idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del 
sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el 
escáner, a un órgano y a una realidad energética.

¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, 
psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del 
cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de 
manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va 
acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una 
paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez 
estaba sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi 
marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor 
desapareció.

A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior 
bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. 
Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último 
teatro de ese evento.

¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. 
Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el 
esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para 
las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a 
problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro 
derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y 
estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los 
problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la 
pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...

¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: 
bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones 
procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa
compartiéndoloacabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por 
dos.

La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. 
Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos 
con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es 
miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.




Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de 
supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera 
que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una 
relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy
Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original 
emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y 
la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación 
biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación
(Obelisco) ha vendido tres ediciones


Fuente: La Vanguardia.

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