viernes, 17 de julio de 2015

¿Cómo ser felices?


La felicidad es una actitud ante la vida. Debemos aprender a valorar los pequeños detalles.
¿Cómo ser felices?
No hay ninguna persona que no quiera ser feliz. Desde el principio de la humanidad hasta la actualidad, cientos de filósofos, pensadores, profesionales y gente común  se han hecho la misma pregunta: ¿cómo podemos ser felices?No era necesariamente porque en ese momento fueran desdichados, sino porque se cuestionaban: ¿cómo ser más felices?
Quienes alguna vez se han preguntado esto, ya van por buen camino, puesto que el primer paso para ser feliz, es querer serlo y reflexionar sobre lo que hacemos y dejamos de hacer en la vida. Por lo tanto, no existe una clave de la felicidad o una fórmula exacta que garantice resultados. La felicidad es algo más profundo y muy personal.
¿Qué significa ser feliz?
Viktor Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austriaco que fundó la tercera escuela de psicoterapia vienesa, basada en la teoría de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. En su obra culmine “El hombre en busca de sentido” rescata algunas reflexiones de lo que era la vida en aquellas extremas condiciones de miseria y esclavitud.
En las propias palabras de Frankl: «La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro. La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.»
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La felicidad es propiamente una actitud ante la vida. Es algo que se practica todos los días, independiente a nuestras condiciones. Como el mismo Frankl comenta: «Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la última de las libertades humanas: el elegir su actitud en una serie dada de circunstancias, de elegir su propio camino. ¿No podemos cambiar la situación? Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.»
Las experiencias vividas por Frankl y sus compañeros en el Holocausto fueron la prueba definitiva para la teoría de la logoterapia. De esta manera, se establece que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano.
Frankl nos da una perspectiva amplia sobre lo que significa ser felices. La felicidad es ajena a nuestras propias condiciones físicas y las situaciones con las que las personas se enfrentan diariamente no son necesariamente obstáculos para ser felices o realizarnos en la vida. Como dice una de las frases más simbólicas de Frankl: «Quien tiene una razón para vivir, acabará por encontrar el cómo».
Finalmente, todas las personas tienen la capacidad de ser felices en cualquier momento de la vida. Para ello, hay que reflexionar en algunos puntos de la misma y poner en marcha algunos ligeros cambios.
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Seis cosas que puedes empezar a hacer hoy para ser más feliz

Si bien ya está claro que ser felices es algo personal y que todas las personas tienen la capacidad de serlo, ¿por dónde se puede empezar?, ¿hacia dónde hay que dirigirse?, ¿con quién se debe hablar? Hay que empezar de adentro hacia afuera, evaluando personalmente la forma de ser. Posteriormente es necesaria nuestra relación con los demás y, por último, el entorno.

Hay que elegir ser feliz

Primero hay que querer ser feliz. «Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo» dijo alguna vez Abraham Lincoln. Ahora bien, muchas veces se puede estar sujeto a distintas circunstancias en la vida que impiden que la persona sea feliz. No obstante, si la persona decide tomar una actitud positiva, no habrá  forma en que la situación le impida alcanzar su felicidad. Asimismo, no se trata de evitar el sufrimiento, sino de acogerlo para que te transforme en una mejor persona y encontrar su sentido.
Es posible que las personas estén más preocupadas por el cómo alcanzar la felicidad que en el hecho en sí de empezar a ser felices. Un estudio publicado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Yale titulado “A Dark Side of Happiness? How, When, and Why Happiness Is Not Always Good” (¿Un lado oscuro de la felicidad? Cómo, cuándo y por qué la felicidad no es siempre buena) habla sobre cómo el buscar constantemente la felicidad puede causar angustia. Esto se debe a que las personas se agobian con todo lo que ellos consideran que se necesita para ser felices. Además, no saben lidiar con la frustración de no alcanzar la felicidad en el tiempo y con los medios que ellos consideraban.
Entonces, antes de buscar afanadamente la felicidad, hay que preguntarse: ¿realmente la actitud que tengo ante el trabajo, mis relaciones personales y mi vida en general me permiten ser feliz?

¿Por qué estoy haciendo lo que hago?

La vida puede ser rutinaria hasta el punto en el que se pierde el sentido de por qué se hacen las cosas en primer lugar. Se suele basar la felicidad en la esperanza de obtener un mejor puesto en la empresa, aumentar los ingresos o que pronto podremos tener éxito en lo que queremos.
Sin embargo, la felicidad no viene del éxito, sino todo lo contrario. Albert Schweitzer, Premio Nobel de la Paz en 1952, dijo:  «El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si amas lo que estás haciendo, entonces triunfarás». De esta forma, lo que realmente importa es que cada persona haga o trabaje en lo que realmente le apasione y le haga feliz. Junto a esto, existe un estudio de la Universidad de California que afirma que las personas felices son más optimistas, energéticos y tienen más confianza en sí mismas. Esto aumenta sus posibilidades para concretar un negocio, cumplir objetivos exitosamente, crear o desarrollar nuevos proyectos, etc.

Aprecia los detalles

John Lennon decía:  «El amanecer es un espectáculo hermoso y sin embargo la mayor parte de la audiencia duerme todavía». Esta frase sirve para introducir el tema de aprender a apreciar las cosas bellas y sencillas que nos rodean.Muchas veces se ignoran esos detalles porque se consideran insignificantes o porque uno ya se ha acostumbrado a ellos. No obstante, apreciarlos puede ayudarnos a ser más felices y a valorar todo lo que tenemos.
Actualmente, la mayoría de personas descuidan estos pequeños aspectos de la vida. Ahora bien, se ha comprobado que quienes los empiezan a cuidar y a valorar, de inmediato destacan en el mundo laboral y en las relaciones interpersonales. Por ejemplo, llamar a un cliente para preguntarle cómo se ha sentido con su producto o a un amigo para saludar, marcan una diferencia en la forma en que hacemos sentir y nos perciben. Junto a esto, es necesario hacer que el trabajo sea mejor para que uno pueda sentirse más satisfecho con él y, por lo tanto, más feliz.

Cuídate

No hablamos de ser vanidosos, pero sí de no descuidar tu apariencia física ni tu salud. Está demostrado que las personas que dedican unos minutos al día en la mañana para ellos mismos tienen una mejor actitud durante todo el día. Por otra parte, utilizar ropa cómoda hace a las personas más productivas, así como reírse en el trabajo. El punto clave es no olvidarse de que la apariencia física no lo es todo, pero es necesario que te sientas bien y cómodo con tu apariencia.
Ahora bien, hacer ejercicio también puede ser muy positivo. Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Arizona indica que ejercitarse es más efectivo para tratar la ansiedad que la relajación, la meditación y la música terapéutica. Otro estudio demostró que hacer ejercicio regularmente, además de todos los beneficios que conlleva para la salud, causa que las personas tengan una mejor percepción de su cuerpo, más confianza y, por consiguiente, se sientan más satisfechas y felices en su vida. Asimismo, las rutinas de ejercicio han demostrado ser muy eficaces para tratar trastornos depresivos.

Sé y rodéate de buenas personas

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Hay un estudio realizado por BMJ Group que concluye que la felicidad de la gente depende en gran medida de la felicidad de las personas con quién se conecta, pudiendo de esta forma ser, inclusive, un fenómeno colectivo. La felicidad literalmente se contagia, por lo que hay que tratar de asegurar que las personas que se tengan cerca estén satisfechas con su propia vida, se rían, aprecien los detalles y, por supuesto, elijan ser felices.
La desdicha también se contagia, por eso puede que a veces resulte insoportable escuchar a quienes se quejan a cada instante y no son capaces de avanzar. Por eso, es necesario pensar en las personas que te rodean. A ser posible, hay que tratar de ayudarlas y se debe analizar quiénes son las que verdaderamente vale la pena cuidar y mantener una relación.

Finalmente, ayuda a otras personas

Quizás sea un cliché, pero está avalado por un estudio de la Wharton Business School, de la Universidad de Pennsylvania, el cual ha demostrado que literalmente “ceder algunas horas de nuestro día a otras personas  genera la sensación al final de la jornada de que el tiempo fue mucho más abundante, inclusive mucho más que si hiciéramos algo para nosotros mismos durante nuestro tiempo libre”. De esta manera,  las personas se sientan más satisfechas y muchos más felices.
La próxima vez que se tenga la oportunidad de ayudar a alguien, inténtelo. Aunque tome algunas horas, a la larga la sensación que deja es positiva. Además, puede que realmente se logre un gran cambio positivo para los demás y, por otra parte, una buena acción nunca está de más.
Para concluir, solo queda decir que al final la felicidad depende de cada uno, ya que aunque las acciones, situaciones y circunstancias varíen, se puede encontrar la propia felicidad. Junto a esto, es necesario cuidarnos a nosotros mismos. Por último, está comprobado científicamente que dedicando tiempo a otras personas podemos alargar el que tenemos para nosotros y sentir bienestar. No hay que olvidarse de ninguno de estos aspectos y empezar a ser felices.
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jueves, 16 de julio de 2015

La vitamina C nos protege frente a enfermedades cardiovasculares


Recuerda que siempre es más recomendable tomar la fruta fresca entera para poder aprovechar todos sus nutrientes y no en forma de jugos ni mermeladas
La vitamina C nos protege frente a enfermedades cardiovasculares
Todos sabemos que consumir fruta fresca es bueno para nuestra salud, pero si esta es rica en vitamina C, tu corazón lo va a agradecer.
Según un estudio realizado hace unos meses, el tener un nivel elevado de vitamina C en sangre nos va ayudar a prevenir numerosas enfermedades cardiovasculares. Ganamos en calidad de vida y, además, nos defendemos mucho mejor frente a las infecciones.
Así que, ¿y si aumentamos el consumo diario de naranjas, limones, kiwis o pomelos?
La vitamina C nos protege del riesgo de muertes prematuras
Naranjas
Cuando hablamos de muertes prematuras nos referimos a infartos o ictus, dolencias que afectan por igual a hombres y a mujeres y que, a su vez, se relacionan con hábitos de vida y alimentación poco saludables.
¿Quiere decir esto que si consumimos mucha vitamina C lograremos evitar estas enfermedades al 100%En absoluto, no se trata de esto.
Se trata en realidad de llevar un equilibrio en nuestro día a día, y seguir una dieta saludable y variada donde no debe faltar la vitamina C presente en la fruta y la verdura fresca.

Lo que nos dicen los estudios sobre la vitamina C

La investigación fue llevada a cabo en la Universidad de Copenhague y el Hospital Herlev de Dinamarca y, posteriormente, los resultados sobre la mismase publicaron en la revista “American Journal of Clinical Nutrition“.

Los datos que nos han ofrecido son los siguientes:
  • Las personas que consumen diariamente frutas y verduras ricas en vitamina C tienen un 15% menos de probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
  • Quienes consumen, por ejemplo, frutas como naranjas, limones, pomelos (toronjas), etc. de modo regular, tienen un 20% menos de probabilidades de fallecer de forma súbita.
  • La vitamina C nos ayuda a mejorar el tejido conectivo de nuestros órganos, mejorando la funcionalidad de nuestras células y la fortaleza de venas y arterias.
  • La vitamina C es uno de los mejores antioxidantes para la salud cardiovascular, ya que protege a las células de la oxidación producida por los radicales libres.
  • Nuestro organismo no es capaz de producir vitamina C por sí mismo, así que debemos obtenerla de fuentes naturales como la presente en la fruta y la verdura.
  • Según nos indican los científicos de este estudio, si bien es cierto que podemos conseguir vitamina C mediante suplementos que venden en las farmacias, siempre será mucho mejor consumir fruta fresca.
Se procesa mejor en el organismo y nos ofrece además otros nutrientes.

Descubre los alimentos más ricos en vitamina C

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Tal y como te hemos señalado antes, lo más adecuado para cuidar de nuestra salud cardíaca es consumir fruta y verdura fresca.
Es recomendable también tomarlas en las primeras horas del día y antes de tus comidas.
Si consumes fruta después de tu almuerzo o tu cena, los nutrientes no se absorben de forma tan adecuada como lo haría con el estómago vacío. Además, dificultan nuestras digestión.


A la hora de
 obtener una buena dosis de vitamina C, es esencial que incluyamos en nuestra dieta naranjas, limones y pomelos.

1. Naranjas, limones y pomelos

  • Las naranjas puedes consumirlas de forma natural, a trocitos y con un poquito de miel.
  • El pomelo puedes tomarlo en forma de jugo antes de tus dos comidas principales.
  • El limón es muy adecuado tomarlo por las mañanas en su jugo con un vaso de agua tibia. Tampoco olvides los beneficios del limón congelado,  es un modo de obtener mayor vitamina C y antioxidantes.

2. Una fruta muy rica en vitamina C, el kakadu

  • Si no conoces el kakadu te diremos que es una ciruela de origen australiano conocida también como gubinge o murunga. Su nivel de vitamina C es muy elevado y podrás encontrarlo en tiendas de fruta muy especializadas. Si tienes la oportunidad… ¡Consúmela!

3. Grosellas y papayas

  • Después de los limones, de las naranjas y de la ciruela kakadu, las grosellas y las papayas son las siguientes frutas más interesantes para cuidar de nuestra salud cardíaca.
  • Es recomendable consumirlas de modo natural, no en jugo y aún menos en mermeladas. Puedes combinarlas en tu desayuno con un poco de avena o con un poco de kéfir. ¡Delicioso!


Siempre que te sea posible
 añade a tus comidas perejil fresco.

4. Perejil, pimiento rojo, brócolis y coles de bruselas

  • Te gustará saber que el pimiento rojo contiene 139 mg de vitamina C por cada 100 gramos, casi el triple que la naranja. Añádelo en tus ensaladas de forma cruda pero cortado de forma muy finita y en una cantidad pequeña.
  • Los brócolis y las coles de Bruselas son esas verduras crucíferas tan adecuadas para nuestra salud cardíaca. Consúmelas de dos a tres veces por semana, al vapor y con un poco de aceite de oliva. Son deliciosas y nos ayudan a prevenir muchas enfermedades.
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¿Te animas a llevar una vida más sana? No te olvides de hacer un poco de ejercicio cada día y de consumir vitamina C, ¡tu corazón lo va a agradecer!
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miércoles, 15 de julio de 2015

Adelgazar controlando las cantidades de comida


Cuando dejamos de tener hambre pero podríamos seguir comiendo es muy recomendable tomar una infusión que aplaque esa sensación. De esa manera lograremos no comer de más
Adelgazar controlando las cantidades de comida
Muchas veces hemos oído eso de que para adelgazar hay que comer menos. No obstante, es importante saber comer cantidades más pequeñas para perder peso de manera equilibrada ya que, en caso contrario, podemos tener carencias nutricionales o incluso volver a engordar al cabo de un tiempo.
En este artículo te damos los consejos fundamentales para aprender a comer con sentido común y conseguir el peso ideal sin grandes esfuerzos ni sacrificios.
El estómago se adapta
El estómago tiene una virtud maravillosa: Se adapta a la cantidad de comida que ingerimos en poco tiempo. Podemos observar cómo, si nos acostumbramos a comer más o menos a determinadas horas, con el paso de los días el cuerpo nos pide esas mismas cantidades en esos horarios.
Esta característica nos puede facilitar en gran medida el objetivo que nos propongamos. No obstante, debemos hacerlo siempre dándole al cuerpo todos los nutrientes que necesita ya que, en caso contrario, el organismo podría reaccionar de manera negativa y dificultar la pérdida de peso.
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¿Cómo lo hacemos?

Para empezar a adaptar nuestro estómago a las cantidades que queremos comer, debemos seguir los siguientes consejos:
  • Evitaremos pasar más de cuatro o cinco horas sin comer. Es importante no ingerir nada antes de haber hecho la digestión de la comida anterior, pero también es imprescindible no estar en ayunas demasiadas horas, ya que eso nos lleva a comer más cantidad en la siguiente comida.
  • Entre horas podemos consumir fruta fresca, un yogur o algo a base de cereal integral. Son alimentos muy saciantes que con poca cantidad nos aportan muchos nutrientes.
  • Fuera de las comidas debemos acostumbrarnos a beber mucho líquido, agua o infusiones, ya que muchas veces la sed se confunde con el hambre y nos lleva a comer cuando no lo necesitamos.

¿Cuándo desaparece el hambre?
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Hay estudios que demuestran que el hambre real no dura más de 15 o 20 minutos. De este modo, las personas que comen con lentitud y masticando bien los alimentos tienen la gran ventaja de que se saciarán antes que quienes comen de manera rápida e impulsiva.
Podemos hacer la prueba de tomarnos el tiempo suficiente y masticar cada alimento hasta que sea casi líquido. Esto mejorará también todo el proceso digestivo y nos permitirá comer menos sin pasar hambre.

El hambre emocional

¿Por qué la mayoría de personas que comen demasiado tienen esa necesidad de llenarse para sentirse satisfechos? Hemos confundido la necesidad de comer para saciar el hambre con esa sensación de plenitud que nos provoca comer mucha cantidad.
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5 formas de optimizar tu salud renal y hepática

Con tan solo media hora de ejercicio diario conseguiremos regular la hipertensión y cuidar de nuestra salud renal y cardíaca. Además reduciremos la cantidad de grasa y facilitaremos el trabajo del hígado

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada diez personas tiene algún problema renal. Las enfermedades asociadas a la salud de nuestros riñones suelen cursar en ocasiones de forma silenciosa, hasta que al final, llega el problema.
Lo mismo ocurre con nuestro hígado, este órgano tan importante relacionado con nuestras digestiones y con nuestro bienestar general, al que en ocasiones, descuidamos un poco.
Tanto la función hepática como la renal están relacionadas con procesos depurativos, con eliminación de toxinas y con la sintetización de determinadas enzimas, ahí donde es vital que nuestros hábitos de vida sean los correctos para propiciar su correcto funcionamiento.
Te aseguramos que optimizar el trabajo del hígado y de los riñones no requiere excesivos esfuerzos.
Son pautas tan sencillas y esenciales que con ellas, obtendrás una mejor calidad de vida. Te invitamos a conocerlas con nosotros.
1. Una cucharada de aceite de de oliva con un poco de jugo de limón
Tomar en ayunas una cucharada de aceite de oliva con unas gotitas de jugo de limón nos va a ayudar a desintoxicar el organismo y a optimizar la función renal y hepática.
Su contenido en ácidos grasos esenciales y vitamina C nos va a permitir depurar sustancias tóxicas y a fortalecer estos órganos gracias a sus minerales y vitaminas.
Basta con 10 ml de aceite de oliva virgen extra con 5 ml de jugo de limón. Tómalo en ayunas a lo largo de 4 días seguidos y descansa otros cuatro. Verás qué bien te va para evitar el extreñimiento y para mejorar tus digestiones.

2. Jugo de manzana orgánico o jugo de arándanos

Puedes combinarlos como desees. Puedes tomar jugo de manzana orgánico a lo largo de 5 días en tu desayuno y luego sustituirlo por el de arándanos cuando te sea posible.
Estos jugos son muy adecuados para lo siguientes fines:
  • El ácido málico de la manzana nos va a ayudar a eliminar residuos, a evitar la formación de cálculos renales y a reblandecer las posibles piedras biliares para que puedan ser expulsadas.
  • Por su parte, el jugo de arándanos actúa como un protector maravilloso de nuestra salud renal. Evita infecciones, protege las paredes de la vejiga del ataque de posibles bacterias y favorece el funcionamiento de los riñones. Consúmelo siempre de forma natural y sin azúcar.

3. El movimiento protege tu salud renal y hepática

El mantenernos activos, el hacer un poco de ejercicio cada día nos va a ayudar a regular nuestra hipertensión y a cuidar de nuestra salud cardíaca, algo esencial para optimizar la salud de los riñones.
Caminar todos los días durante media hora y hacer algo de ejercicio aeróbico va a ayudarnos también a evitar subir de peso, un aspecto fundamental para no acumular grasa y facilitar el funcionamiento del hígado.
4. Agua mineral para tu organismo
La hidratación es una de las principales claves para cuidar no solo de nuestro hígado y riñones, sino de todo nuestro organismo.
Te interesará saber que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria nos explica que las mujeres deberíamos beber como media 1,6 litros de agua al día, y los hombres unos 2 litros.
No obstante, todo dependerá de la actividad que hagamos cada día y del clima. Busca además agua de mineralización débil y baja en sodio, así favoreceremos a nuestro corazón y a nuestros riñones.
Vale la pena leer el etiquetado del agua que consumimos, puesto que de esa forma cuidamos aún más de nuestra salud.

5. Los mejores alimentos que no deben faltar en tu dieta

Las verduras crucíferas

No dudes en prepararte ricas cenas a base de brócoli, de coles de bruselas, repollo, coliflor… Aderézalas con un poco de aceite de oliva y un poco de vinagre de manzana si lo deseas, pero nunca descuides a estos vegetales porque son básicos para depurar nuestro organismo de metales pesados y toxinas.

Ensaladas amargas de hoja verde

Puede que su sabor sea un poco fuerte, pero verduras como la achicoria, eldiente de león, la rúcula o la escarola son muy adecuadas para optimizar nuestra salud renal y hepática. Aderázalas con un poco de jugo de limón y cuidarás aún más de tu salud.

Licuado de manzana y remolacha (betabel)

Este licuado es un tónico purificador. Sería adecuado que lo tomaras dos veces por semana, su sabor es delicioso y lograrás limpiar la sangre, depurar toxinas y facilitar el trabajo de los riñones y el hígado.

Frutas ricas en antioxidantes

Las frutas ricas en vitamina C son esenciales para fortalecer y el hígado y los riñones. Nos protegen frente al ataque de los radicales libres y nos ayudan también a eliminar sustancias nocivas.

Así pues, no dudes en comer cada día 3 piezas de la siguiente lista de frutas:
  • Naranjas
  • Limones
  • Pomelos (toronja)
  • Fresas
  • Arándanos
  • Moras
  • Manzanas
  • Ciruelas
  • Kiwis
  • Papayas
  • Mangos
  • Uvas
  • Peras
  • Uvas pasas
Como puedes ver,  solo es cuestión de mejorar nuestra alimentación y de ser un poco más activos cada día. No obstante recuerda siempre controlar tu hipertensión y el colesterol.
Establece con tu médico revisiones periódicas y cuida cada día de tu salud renal y hepática. ¡Vale la pena!
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martes, 14 de julio de 2015

¿Sabías esto sobre los pepinos? ¡Vas a querer comerlos siempre!


Además de ser muy bajos en calorías, puesto que están compuestos básicamente por agua, nos ayudan a combatir la ansiedad. También combaten la retención de líquidos y tienen propiedades antiinflamatorias
¿Sabías esto sobre los pepinos? ¡Vas a querer comerlos siempre!
Los pepinos son una hortaliza muy popular en todo el mundo, perteneciente a la misma familia que la sandía (la familia Cucurbitacae).
Aunque esta verdura ha sido utilizada durante años en la gastronomía, también ha tenido importantes reconocimientos medicinales por su alto valor nutricional y la gran cantidad de beneficios que le aporta a la salud.
Un 90-95% del pepino está compuesto por agua, lo que indica que es de un aporte calórico muy bajo; además, este también también nos brinda pequeñas cantidades de vitamina K, vitaminas B, cobre, potasio, vitamina C y manganeso, que contribuyen a mejorar la salud y evitar los problemas por deficiencias de nutrientes que son tan comunes debido a las dietas poco saludables.
Existen muchas razones para considerar al pepino como un alimento imprescindible en la dieta. ¿Sabes por qué son tan saludables?
Protegen el cerebro
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Los pepinos contienen fisetina, un flavonol antiinflamatorio que podría tener un papel muy importante en cuanto a la salud cerebral.
Gracias a este componente, el pepino se considera como una hortaliza ideal para mejorar la memoria y proteger las células nerviosas del deterioro relacionado con la edad.

Reducen el riesgo de cáncer

Aunque la mayor parte del pepino está compuesta de agua, la otra parte es rica en antioxidantes como los polifenoles, que se han relacionado con la reducción del cáncer de mama, útero, ovario y próstata.
Además, también se ha descubierto que su contenido de fitonutrientes llamados cucurbitacinas, tienen una acción anticancerígena muy importante, según indica la George Mateljan Foundation.

Combaten la inflamación

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El alto contenido de agua del pepino contribuye a combatir la retención de líquidos, que es una de las causas principales de inflamación del cuerpo.
En estudios realizados con animales se determinó que el extracto de los pepinos podría reducir la respuesta inflamatoria del cuerpo, ya que es capaz de frenar la actividad de las enzimas inflamatorias.

Ricos en antioxidantes

Contienen importantes antioxidantes entre los que se incluye la vitamina C y los beta-carotenos que cumplen un papel muy importante en el aumento de la respuesta inmunológica del cuerpo.
También tienen una importante concentración de flavonoides antioxidantes, como la quercetina, luteolina y kaempferol que podrían tener un importante papel en la prevención de enfermedades crónicas, incluyendo las del sistema cardiovascular.

Refrescan el aliento

El mal aliento casi siempre está provocado por las bacterias que se acumulan en los dientes y encías, y el pepino podría ayudar a combatirlas para eliminar el mal olor.
De acuerdo con los principios de la medicina ayurveda, el consumo de pepino puede contribuir a liberar el exceso de calor en el estómago, que también es una causa principal del mal aliento.
Combaten el estrés
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Consumir pepinos podría combatir los efectos negativos del estrés gracias a su alto contenido de vitamina B, incluyendo la vitamina B1, vitamina B5 y vitamina B7 (biotina).
Las vitaminas del complejo B son conocidas por disminuir la ansiedad y los efectos físicos y emocionales que provoca el estrés.


Esta hortaliza contiene grandes cantidades de los dos compuestos que se requieren para 
tener una buena digestión: agua y fibra.

Mejoran la salud digestiva

Comer pepino puede ayudar a combatir el reflujo ácido, el estreñimiento y todos los problemas asociados con el tracto digestivo.

Ayudan a mantener un peso saludable

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Las personas que quieren bajar de peso pueden considerar a los pepinos como un apoyo perfecto para la dieta. Este ingrediente combinado con un plan de alimentación saludable puede contribuir a bajar de peso más fácil gracias a su alto contenido de agua y nutrientes.
Su bajo contenido de calorías y alto contenido de agua y fibra hacen que sea un alimento saciante, ideal para controlar la ansiedad por la comida.
Por si fuera poco, ayuda a depurar el organismo y regular la digestión para eliminar los desechos que se acumulan en el cuerpo y que impiden que este pueda quemar grasa.


Al aportar una cantidad significativa de potasio, 
los pepinos contribuyen a reducir la presión arterial alta, que es uno de los problemas cardiovasculares más comunes en la actualidad.

Mejoran la salud cardiaca

Para que cada uno de los órganos trabaje de forma óptima es necesario un equilibrio de potasio dentro y fuera de las células.
El potasio es un electrolito necesario para el cuerpo, ya que interactúa con el sodio para controlar la transmisión de impulsos nerviososcontracción muscular y función cardíaca.
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lunes, 13 de julio de 2015

Ola de calor: 8 consejos para afrontarla

Nadie espera morir por culpa del calor, pues parece que esas cosas siempre les ocurren a otros. Sin embargo, incluso las personas jóvenes y sanas pueden morir a causa de las altas temperaturas y la deshidratación. Y además, muchos fallecimientos debidos al calor quedan ocultos porque el calor no es la causa directa, sino la causa indirecta que produce una sobremortalidad por el agravamiento de enfermedades previas (sobre todo cardiovasculares y respiratorias), al descompensar un estado de salud más frágil.

Por eso, con los termómetros en máximas anuales en plena ola de calor, vale la pena recordar qué se debe y qué no se debe hacer. Como tendrá claras las medidas más elementales y de sentido común, sólo voy a darle algunos consejos que quizá tenga menos presentes:

  1. Beba con frecuencia, incluso aunque no tenga sed. Y si siempre debe evitar los refrescos y las bebidas azucaradas, ahora con más razón. Los refrescos (con altas concentraciones de azúcar y cafeína) hacen que en realidad pierda líquidos corporales (aparte de tener otras consecuencias negativas para su salud).

  2. Aunque con calor no hay nada que parezca más apetecible que una bebida bien fría, evite ingerir líquidos excesivamente fríos, pues pueden provocar cólicos.

  3. Aunque darse un baño (en la piscina, en el mar, etc.) aumente la sensación de estar fresco, ello no hace que no sea necesario beber. Es más, el riesgo es… que se le olvide beber.

  4. Hacer ejercicio es imprescindible para la salud, pero tenga mucho cuidado con el deporte en momentos de gran calor. Hidrátese abundantemente mientras hace ejercicio (un litro de agua por hora sería lo óptimo, aunque parezca excesivo). Y tenga cuidado con las bebidas isotónicas que venden para tomar al hacer deporte si sigue una dieta baja en sal.

  5. Consuma alimentos frescos y naturales, con abundancia de frutas y verduras, que además son ricas en agua. Y haga comidas ligeras.

  6. Reconozca los primeros signos de una alteración de la salud relacionada con el calor (mareo, palidez, palpitaciones, sed extrema…) para acudir al médico rápidamente.

  7. Tenga especial cuidado si su salud o sus circunstancias le hacen especialmente vulnerable al calor (mayor de 65 años, sobrepeso, diabético…).

  8. Algunos medicamentos pueden agravar los efectos de un golpe de calor en el organismo, por provocar alteraciones en la hidratación o en la función renal. Tenga cuidado con los efectos del calor si se encuentra bajo medicación. Y, siempre que sea posible, es mejor evitar los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y, en caso de fiebre, evitar tomar paracetamol. Del mismo modo, si usted está tomando diuréticos como parte del tratamiento de la insuficiencia cardíaca o de la hipertensión, debe consultar con su médico por si fuese necesario reajustar la dosis del fármaco.

Juan-M. Dupuis

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¡Importante! Pautas para disminuir la molestia de tus varices en verano


Para que nuestras varices no empeoren debemos evitar toda fuente de calor y refrescar las piernas cada 15 o 20 minutos. Olvídate de la cera caliente para depilarte: también es perjudicial
¡Importante! Pautas para disminuir la molestia de tus varices en verano
Si sufres de varices o insuficiencia venosa crónica sabrás sin duda que, con las altas temperaturas, las molestias son mayores. Aumenta la presión, el dolor y el cansancio.
Desde la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) nos ofrecen unas sencillas e importantes pautas que nos pueden ayudar a mejorar nuestra calidad de vida y a disfrutar de un verano más relajado si padecemos varices.
Estamos seguros de que esta información te va a resultar útil.
Las varices en verano, una condena diaria para tus piernas
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Desde el Hospital Ramón y Cajal de Madrid (España) nos indican que, a pesar de que el origen de las varices tiene un componente genético muy claro, en ocasiones, factores como la obesidad o una vida sedentaria pueden favorecer también su aparición.
Ahora bien, con la llegada del verano y la subida de las temperaturas, toda persona aquejada de insuficiencia venosa puede experimentar una serie de cambios que merece la pena tener en cuenta para tomar precauciones:
  • Las venas se dilatan.
  • Aumenta la retención de líquidos.
  • Aumenta la presión y el dolor.
  • Hay mayor riesgo de que aparezcan trombos.
  • Mayor dolor en los pies e hinchazón de tobillos.

Recuerda también que las varices
 no son solo un problema estético: es el resultado de una mal funcionamiento de las válvulas de las venas de las piernas. Se dilatan, se alargan y el flujo de la sangre se vuelve más lento.Hemos de tener muy claro que en el tema de las varices no existen milagros. Podemos mejorar nuestro bienestar mediante ejercicios y unas pautas específicas, pero el problema no se suele resolver con facilidad a no ser que nos sometamos a una intervención quirúrgica.
Así pues, supervisa siempre con tu médico el estado de tus varices, toma la medicación que te prescriban y, llegado el verano, pon en práctica estas sencillas pautas que de seguro te van a ser muy útiles.

Cómo cuidar de tus varices en verano

Desde la revista médica “Médicos y pacientes” nos ofrecen unas interesantes estrategias redactadas a través del Capítulo español de Flebología (CEF) y la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, antes citada.
Así pues, toma buena nota de estos sencillos consejos:

1. Evita fuentes directas de calor

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Sabemos que cuando llega el verano te encanta tumbarte en la playa o en la piscina y dejar que el sol broncee un poco tus piernas.
Debemos tener mucho cuidado, puesto que las altas temperaturas favorecen la dilatación de las varices y el problema se agrava. Ten en cuenta estas dimensiones:
  • Toma el sol en las horas de menos calor (antes de las 10 de la mañana y en las últimas horas del día).
  • Si te expones al sol en las horas centrales (lo cual no sería nada recomendable en estos casos), aplícate un protector en las piernas y báñate con agua fresca cada 15 o 20 minutos .
  • Los médicos nos advierten de que lo mejor es evitar toda fuente de calor si tenemos varices, así pues, ten en cuenta que, por ejemplo, la depilación con cera no sería adecuada.


Camina por la arena
 en las horas de menos sol. La arena reactiva nuestra circulación y es muy saludable.

2. Mueve las piernas en verano

  • Si vas a realizar un viaje largo en coche, tren o avión, debes saber que estas situaciones de inmovilidad agravan la insuficiencia venosa.
  • ¿Un consejo? Muévete siempre que te sea posible, utiliza medias compresoras, hazte masajes ascendentes desde la pantorrilla hasta la rodilla y mueve en círculos los tobillos.
  • Anda descalza por la orilla del mar: el agua ejerce una contracción venosa muy adecuada.
  • Practica la natación, encontrarás un alivio estupendo siempre que hagas cualquier ejercicio dentro del agua y favorece además el retorno venoso.

3. Calzado y ropa cómoda

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  • Nada de pantalones muy ajustados. Lo mejor son los pareos, los vestidos largos de algodón frescos y que, además, pueden protegerte del sol.
Cuida también de los zapatos que calces: si llevan un tacón mayor de 4 centímetros se reduce la superficie de apoyo del pie y, por tanto, impide el adecuado retorno venoso.
  • Evita los calcetines que te opriman en tobillos o pantorrillas y, si lo necesitas, utiliza las medias terapéuticas: en un momento dado pueden ofrecerte mucho alivio.

4. Evita el estreñimiento

  • En verano es muy habitual que suframos estreñimiento. Debido a los viajes, a las salidas, a esas excursiones y, en general, a que cambiamos de hábitos, nuestro cuerpo deja de “ser regular” y sufrimos algún que otro problema para ir al baño.
  • Según nos explican los médicos, todo ello hace que acabemos acumulando líquidos y toxinas, y afecta a su vez a nuestras varices.
  • Recuerda beber mucha agua y jugos y consume fibra y fruta fresca. El verano es esta estación tan “peligrosa” en la cual acabamos cogiendo algún kilo de más. Evítalo.
Sigue una dieta equilibrada y no cometas excesos. Tu salud general lo va a agradecer.
En conclusión, para olvidarnos un poco de nuestras varices en verano es esencial que evites las fuentes de calor y que aproveches, sobre todo, el agua del mar o de la piscina para hacer ejercicios en ella. ¡Encontrarás un gran alivio!
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